Una de las cosas que ha aprendido la periodista estadounidense Esther Honig en sus viajes por el mundo ha sido que no existe un canon de belleza universal y para demostrarlo hizo un asombroso experimento, al que bautizó "Before and After" ("Antes Y Después").
Lo que hizo la profesional fue enviar una foto suya a usuarios de Photoshop profesionales y amateurs de distintos países, pidiéndoles que la dejaran bella. El resultado dista mucho de ser uniforme. Acá el resultado.