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2016: la economía nacional en vilo

El año que recién comienza no inicia con un borrón y cuenta nueva. Los problemas económicos a nivel nacional han obligado a que el país se mantenga en zozobra a la espera de medidas que puedan aligerar los pronósticos que, analistas y agencias internacionales de calificación de riesgo, vaticinan para los próximos meses.

En medio de un panorama económico desalentador, la política nacional se torna aún más compleja luego de la obtención de una mayoría calificada en la Asamblea Nacional por parte de la bancada de la oposición. Esto tras las elecciones legislativas de diciembre, y el anuncio de un Decreto de Emergencia Económica por parte del presidente Nicolás Maduro.

Dos puntos abarcan la atención de analistas y del país en general: el control cambiario y todos los elementos relacionados con el control de precios vigente en el país. Como telón de fondo a esta situación, la inflación, la escasez y un bajón en el precio de venta del barril de petróleo. ¿Es realmente un ajuste en la política de control cambiario el punto de partida para la mejora de la economía nacional?

Para Ronald Balza, economista, profesor e investigador del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello, se trata de un proceso complejo. "El tipo de cambio es de esperarse que sea distinto. Con  todo lo que ha ocurrido durante este tiempo, no puede mantenerse en 6.30 Bs. La corrección no puede ser ajena al presupuesto nacional y eso pasa por los instrumentos legales con los que cuenta el ejecutivo; no hace falta un Decreto de Emergencia, que ya de por sí es un reconocimiento de una situación crítica y un estado de emergencia. Es indispensable que haya una corrección cambiaria, una revisión del precio de la gasolina, pero que se haga de forma bien pensada”, explica Balza.

Pero no es solo el control cambiario lo que está en el foco de las perspectivas económicas. La inflación constituye un gran obstáculo difícil de superar. Tanto analistas internacionales como agencias de riesgo han catalogado como la más alta para un país latinoamericano, extraoficialmente: 270%, según la última previsión de Bank of America.

“La inflación es un problema monetario. Buena parte del aumento de la cantidad de dinero que tenemos en nuestro país es una consecuencia del modo en cómo el gasto público se financia. Eso nos coloca en un disparadero. Los gastos pueden reordenarse, pueden rediseñarse las políticas de gasto social y se pueden lograr mejores resultados”, añade Balza.

Al momento de hablar de inflación, es inevitable llegar a uno de los grandes padecimientos de los últimos dos años: la escasez. “Es una consecuencia del control de precios. Hay precios que necesariamente tienen que subir, y al subir tienen un impacto en los costos. Hay actividades que para poder producir necesitan cubrir sus costos, si no, los productos no aparecen”, dice Balza.

La paradoja que se presenta en esta situación de inflación mezclada con controles de precios se resume en la forma en la que se podría llevar  a cabo una esperada liberación de precios, que para algunos resolvería el problema de la escasez de productos, pero no así la inflación. “La causa de nuestros problemas, y específicamente con el tema de los precios, está asociada a la inflación. Eliminar de forma súbita el control de precios no erradicaría los problemas reales y es necesario evaluar, de manera organizada y por grupos, qué controles podrían ser eliminados de forma progresiva”.

2016 no se percibe como el inicio de un nuevo ciclo, al menos no en el aspecto económico, es una continuación de una situación para la economía del país que, poco a poco, va llegando al límite. La economía estará, junto con la política, en el foco de todos durante los próximos meses.   

Jesús Abreu


PUBLICADO: 13 de enero de 2016