Cómo fue el proceso de selección y qué han aprendido de César Miguel es lo que comparten con PRODUCTO las voces que desde hace un año acompañan al veterano periodista
Adriana Núñez Rabascall: Como una Miss Venezuela
No sé a cuántas personas entrevistaron, pero el día que hice la prueba vi a una sola muchacha. Enrique Gómez, me dijo en marzo de 2015 que hiciera una especie de casting radial, que grabara una noticia y que hiciera un comentario. No pasó más nada, nadie me llamó. A los meses, como en septiembre, Enrique me llama de nuevo y me dice que nos reunamos para presentarme el equipo de trabajo en ese nuevo proyecto para el que había hecho el casting. Cuando llegué a la reunión y vi a Luis Carlos, Lila y a César Miguel sentí una emoción similar a la que supongo que experimenta la mujer que coronan como Miss Venezuela.
Trabajar con César Miguel Rondón es estar en una cátedra de radio ambulante, a diario. He aprendido que los silencios en radio son importantes; que las preguntas más sencillas son las que dan resultado, mejores respuestas del entrevistado, y que uno no debe lucirse con la pregunta, sino hacer la que realmente se está formulando el oyente. Yo sentía que me había estancado un poco y cuando me llaman para formar parte de este proyecto fue sentirme viva en el periodismo nuevamente.
Lila Vanorio: Sin poder creerlo
Cuando me invitaron a participar en el casting, yo no me lo creía. Tanto, que fue el propio César el que tuvo que llamarme y hablar conmigo para convencerme de que, en serio, estaba siendo considerada para una de las incorporaciones al programa. Me tocó hacer pruebas con Luis Carlos y entiendo que para el momento en el que hice el casting, ya él estaba seleccionado. Pasé dos semanas sin obtener respuesta, sin saber qué había pasado, si el proyecto seguía en pie o no, hasta que me convocaron a una reunión y ahí nos encontramos Luis Carlos, Adriana y yo, y creo que ninguno de los tres podía creer que, en efecto, tendría un micrófono al lado del de César Miguel Rondón.
Cuando nos escogieron me sentí sumamente asustada, porque de nosotros tres yo era la única que no había tenido experiencia previa al aire, en vivo. Una de las cosas que he aprendido es el inmenso respeto que tiene por su oficio, por la radio como medio, y por las personas que conforman su audiencia. Él nos dice que en la radio uno no habla en plural, uno habla directamente con cada una de las personas que nos están escuchando y que eso es lo que genera una conexión íntima. También nos dice que una de las cosas que lo hace un extraordinario entrevistador es que sabe escuchar. Sus preguntas son muy sencillas pero son las que se está haciendo la persona que lo está escuchando. Es extraordinariamente metódico y riguroso con las cosas que hace, porque cree que la mejor improvisación es la que se ensaya y eso nos hace a todos mejores profesionales.
Luis Carlos Díaz: La mejor excusa para quedarse
Fui llamado a la radio en enero de 2015, para hacer una especie de micro de tecnología que al final nunca cuajó. Meses después di una clase en el IESA y, entre los alumnos, estaba casualmente el gerente de la radio. Una semana después me llamó para decirme que quería que participara en un proyecto periodístico y le dije que lo que más me interesaba era marcar agenda en el país y cómo ayudar a la gente en un momento en el que falta mucha información. Recuerdo que le dije: “Si es marcar agenda como la que marca César Miguel Rondón, entonces sí es algo que me gustaría muchísimo hacer”. Me dijo: “La idea no es que sea un programa como el de César Miguel, sino que sea en el programa de César Miguel”. Y eso me pareció genial, porque me indicó que había sincronía.
Cuando me dijeron que había quedado, pensé: “Si querías una excusa para quedarte en el país, aquí tienes una”. Y si quería una oportunidad para hacer un cambio de perfil, ésta era una gigantesca. Antes de esto venía de ocho años trabajando con una ONG con incidencia pública, y de 10 años dando clases, talleres, cursos de incorporación de ciudadanos a nuevas lógicas informativas. Esto era ir a un espacio completamente distinto pero sumamente necesario, si mi proyecto era Venezuela.
Con César lo primero que aprendí fue hacer silencio, porque eso permite no solo dar paso al otro sino también construir el ambiente sonoro de la radio. Él entiende muy bien los hilos narrativos. Es como alguien que va llevando la trama de una telenovela y necesita cerrarlas. Explicar cómo, porqués, pero también ponerle matiz al personaje. También estoy aprendiendo a ser pertinente. Siento que en este momento hacemos el programa que yo quisiera escuchar. Eso me hace dormir tranquilo y despertarme con muchísimas ganas.
PUBLICADO: 13 de diciembre de 2016