Quién dijo que nos vamos tal como llegamos, sin nada, se equivocó. El más famoso científico de la modernidad entró a este mundo el mismo día que murió Galileo Galilei –con trescientos años de diferencia- y se unió al Universo del día de Pí. ¿Se puede pedir más?
Quién dijo que nos vamos tal como llegamos, sin nada, se equivocó. Esa teoría que por tantos años las abuelas cacareaban ha sido desmontada una vez más por Stephen Hawking
Este notable científico llegó a este Universo por obra y gracias -obviamente- al amor de sus padres, partió del mundo con muchas batallas vencidas y un sinnúmero de preguntas contestadas. Nacido hace 76 años en Oxford, Inglaterra, fue diagnosticado con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) a los 22 años, condición, a la sombra –o la luz, depende del cristal con que se mire- de la cual desarrolló una brillante carrera científica.
Polémico, polifacético y genial, fue sin duda todo un personaje. Más allá de sus fantásticos estudios y de una fama bien merecida por sus logros en la ciencia, en los últimos años de su vida saltó a formar parte de la cultura Pop gracias a su participación en series como Genius de NatGeo -en la que bajaba del Olimpo intelectual para ayudar a los simples mortales a pensar como genios y revelar su verdadero potencial al responder algunas preguntas importantes sobre el mundo que nos rodea-, “The Big Bang Theory” -en la que mostró su humor ácido- y hasta los Simpson.
¿Trasgredió con todo ello su magnánimo intelecto? Posiblemente, pero a quienes lo vieron de esa forma seguramente él le hubiera salido con esa gran frase suya “La vida sería trágica si no fuera graciosa”, o espetado burladamente con esa otra sobre la “ilusión de conocimiento”. Porque, ¿quién más que él para saber de tragedias?
Hawkings luchó la mayor parte de su vida con carencias físicas que combatió a punta de tecnología y, seguramente, con mucho guáramo. Pero ni el perder la capacidad motora o la voz, fueron escollos infranqueables para un cerebro absolutamente despierto que dio una pelea sin cuartel que convirtió los pesados “pappers” científicos en auténticos Best Sellers.
En muchas de las reseñas que hemos leído hoy se dice que la ciencia quedó huérfana de genios con su partida y la historia contemporánea sin uno de sus visionarios. Y aunque brillantez y entusiastas de la ciencia siempre habrá en todos los tiempos, Hawking se anotó muchos puntos extras al haber entrado a este mundo el mismo día que murió Galileo Galilei –con trescientos años de diferencia- y haberse unido al Universo del día de Pí. Seguramente, desde el otro lado del agujero negro (que según el mismo no era tan oscuro como creyó) estará esbozando esa media sonrisa burlona que le caracterizaba, y como siempre lo hizo estará viendo más allá de lo que nuestra corta vista nos permite ver.
¡Bravo, profesor!
PUBLICADO: 14 de marzo de 2018