Como tantas otras empresas claves del mundo, Apple no tiene aquí representantes, ni distribuidores, ni nada que se le parezca. Desde hace rato Venezuela no está en el radar de la tecnológica más importante del mundo (tercera en facturación según Fortune, con U$S 233.700 millones, detrás del retail Walmart y la petrolera Exxon). Por eso, Venezuela no figura tampoco en el lanzamiento de iPhone 7, que se celebra hoy en el auditorio Bill Graham de San Francisco, California, y simultáneamente en todo el mundo menos aquí.
La marca iPhone supone dos tercios de las ventas totales de Apple y es un momento clave porque las ganancias de la compañía cayeron 27 % durante el segundo trimestre del año, dado el descenso de las ventas de teléfonos: Apple vendió 40 millones de teléfonos en ese lapso, versus 47 millones en el mismo período de 2015, para una contracción de casi 15 % en los ingresos. En verdad todo el mercado de smatphones esta desacelerado. Apple lo quiere reanimar. Pero dicen que el esfuerzo mayor será el año entrante, cuando iPhone cumpla 10 años de vida.
El flamante modelo incorpora nuevos colores, cámara fotográfica dual avanzada --como los LG G5 y el Huawei P9-- con resolución de 12 megapixeles y flash de 4 luces led. Es resistente al agua, pero no sumergible. Tendrá doble capacidad de almacenamiento de data (32 giga). La salida analógica para auriculares se cambiará por una inalámbrica.
Datos todos -- los del negocio y los del equipo—que Venezuela mira de lejos porque, queda dicho, aquí no existe Apple; y ni siquiera Digitel o Movistar, que solían traer iPhone, hace 2 años que no lo hacen: han visto que no es negocio, porque el gobierno no les da dólares preferenciales ni siquiera de Dicom. El precio está en 800 dólares. Como en el mercado negro un dólar vale poco más de 1.000 bolívares y el billete de máxima denominación es el marrón de 100, para comprar un iPhone hay que llevar una carretilla de bolívares. No hay límite de tarjeta que aguante el precio, ni usuarios o usuarias capaces de pagarlo.
Los pocos que aparezcan serán “maleteados” en aduanas aeroportuarias por buhoneros tecnológicos, que luego los colocan en tiendas underground o revendedores “especializados”. Uno de ellos dijo a PRODUCTO: “todos los clientes que tengo son gente vinculada al Gobierno”. Así estamos. Y así seguimos.
PUBLICADO: 07 de septiembre de 2016