La compañía de fabricación japonesa se niega a marcharse del país o a poner el piloto automático, y hace maniobras para sobrevivir a un sector que solo ensambló en el país 107 automóviles en 2020 y logró vender 988
De próspero a desastroso. El mercado automotriz venezolano no solo ha experimentado un “estrepitoso desacelerón”, sino que se ha ido literalmente por el precipicio en una década. Y con números de tragedia en los últimos tres años.
En 2018 se produjeron 1.155 vehículos. En 2019, 459. Y en 2020, apenas 107, según cifras de la Cámara Venezolana de Fabricantes de Autopartes (Favenpa).
Y los numeritos de los automóviles (nacionales o importados) vendidos no son muy distintos. En 2018 fueron adquiridos 2.297 vehículos. En 2019, 1.723. Y en 2020, 988... en plena pandemia.
Ni qué decir decir del mercado de autopartes, que obviamente chocó de frente con la realidad: En 2007 las ventas sobrepasaban el millón de unidades anuales. En 2012 se redujeron a 800 mil. Y en 2020 no llegó ni a las 100 unidades, según cifras aportadas por el Presidente ejecutivo de Favenpa, Omar Bautista.
Se entiende que los grandes líderes del sector ya no hagan el mismo ruido de antes. General Motors, el gran imbatible del mercado durante años, se marchó del país luego de perder una pelea con un concesionario en 2017. Ford no produce ni ensambla en el país. De hecho bajó la santamaría de su planta en Valencia en 2018. Pero sí importa. Y aunque su agencia publicitaria de toda la vida, JWT, se encargó de hacer sonar los motores con la posible comercialización de su nueva Bronco, se quedaron con la Explorer.
Honda y Mitsubishi agarraron carretera y se marcharon. Fiat Chrysler automóviles cerró sus puertas en 2018 luego de consumirse por una deuda de 200 millones de dólares que no pudo sufragar, además de las pérdidas de producción.
Toyota Venezuela se niegan a poner el piloto automático pese a lo costoso que resulta ensamblar un vehículo en el país. Y más aún en comparación con el pírrico poder adquisitivo del venezolano.
El primero atendió el llamado del CEO de Toyota Motors Corporation, Akyo Toyoda, y juntos emprendieron una estrategia para tratar de salir del fango: capacitaron al personal de los 58 concesionarios que tienen en el territorio nacional , reforzaron la atención al cliente y, con la llegada de la pandemia del covid-19, hasta se adaptaron a la “nueva normalidad”.
Según el Vicepresidente Comercial de Toyota Venezuela, Mateo D’Abrizio, encargado de ventas, post venta, mercadeo y comunicaciones de la marca, la crisis de la devaluación de la moneda en 2019 los dejó “entrenaditos” para cualquier contingencia y hasta tenían trazados planes de acción emergentes para no verse obligados a paralizar sus operaciones.
Las ventas de la marca, dice él, se mantuvieron cercanas a las 120 unidades mensuales en 2019. Mientras que en 2020 cayeron a 70 (65% menor que el año anterior), pero se entiende por la escasez de combustible y el tema del covid-19.
Pero actualmente, advierte D’Abrizio, Toyota Venezuela tiene en inventario algunos de sus modelos más vendidos: las tres versiones del Yaris; toda la serie 70, que es la línea rústica que incluye su machito hembrita; la Four Runner, la SW 4, la Land Cruiser 200, el Camry, la HI X, y la Prado -que se lanzó a finales de 2020 con una pequeña campaña publicitaria apoyada sobre todo en el trabajo de las redes y, por supuesto, los “influencer”.
Para 2021 está preparando en cambio dos lanzamientos que mantienen bajo el más estricto secreto, aunque PRODUCTO pudo conocer se trata de una camioneta de pasajeros que aterriza en el país a finales del marzo, y una camioneta de uso personal que llegará en el trineo último modelo de Santa Claus. Ambas con gasolina Diesel, por supuesto, porque Toyota se ha adelantado al problema del combustible.
La inversión publicitaria de Toyota está cerca de los 700 mil dólares aproximadamente en 2020 en el reforzamiento de varias de sus campañas ya adelantadas. Incluso, en junio de 2020
PUBLICADO: 05 de marzo de 2021