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Ron pa’ todo el mundo

 

Ron Santa Teresa, la marca venezolana de ron, que tiene más de 200 años de tradición, se ha trazado una meta clara para 2030: multiplicar por diez las ventas de algunos de sus productos emblema. Pero sobre todo las de su destilado estrella: 1796, que es un blend prémiun de rones muy jóvenes con otro de al menos 25 años en barrica de roble blanco americano.

El objetivo es claro. Y sobre todo ambicioso. Porque si hoy comercializa 50 mil cajas (de doce botellas) al año, Ron Santa Teresa planea vender 500 mil en poco menos de una década. En otras palabras, si hoy exporta apenas el 30% de su producción, la proyección es alcanzar 75%. En Estados Unidos, Canadá, España, Francia, Italia y México, donde ya tiene presencia considerable, pero donde planea ahora invertir 25 millones de euros en promoción para tratar de impulsar las cifras como sea.  

Por eso y por otras razones se entiende que Alberto Vollmer, presidente de la marca y quien pertenece a la quinta generación familiar de Ron Santa Teresa, haya decidido hacer una emisión pública de acciones (denominadas en bolívares) de la compañía para aumentar el capital.

Una emisión de acciones avalada por la Superintendencia Nacional de Valores (Sunaval), que  entregó a Vollmer  la autorización de emitir hasta 6 millones de acciones de la compañía hace año y medio. El 14 de noviembre de 2019.

Solo que no fue sino hasta mediados de 2020, esto es, en pleno confinamiento por causa de la pandemia de covid-19, cuando Santa Teresa abrió las bodegas y dispuso absolutamente todo para la oferta.

Acciones clase b, comunes,  nominativas y no convertibles al portador, tal como lo acordó la junta directiva de la empresa. Esto es: acciones que pertenecían a otro dueño y, por supuesto, con voz y voto (aunque no en la junta directiva), que han sido ofrecidas en los últimos dieciséis meses en cuatro rondas, incluida la del martes 20 de julio de 2021, en la que se colocaron 500 mil acciones.

Es la forma que tiene Vollmer de desafiar las condiciones tan adversas del país e insistir con porfía que él pertenece al llamado “grupo de los optimistas”.  No importa que la hiperinflación roce el 3.000%. Que el producto interno bruto haya caído 80%. Que las importaciones se hayan desbarrancado en 93%. Que no existan créditos bancarios. Y que los economistas avisoren oscuro, muy oscuro, el mañana. Algo sabrá él.

Autoengaño no es.  En su última gira por Barcelona, España, a donde fue personalmente a empujar la internacionalización de sus rones,  Vollmer se refirió a los últimos años como “años perros”. Y eso que con todo y que el consumo de ron se ha ido por el desaguadero en el país, Santa Teresa factura hoy cerca de 100 millones de euros.

Vollmer ha jurado aquí y allá que lo que viene son “grandes oportunidades para el país”. Así que, siempre según él, habrá “ron pa’ todo el mundo”.


PUBLICADO: 20 de julio de 2021