1. Inflación
El principal problema que enfrenta la moneda venezolana es su pérdida de valor. La capacidad de compra de un bolívar se deteriora aceleradamente en medio de una escalada inflacionaria de la que no se tienen reportes oficiales, debido a la omisión de estadísticas aplicada por el Banco Central de Venezuela desde que terminó 2014. Para esa fecha se estimaba la inflación anual del país sobre 68%, de las más altas del mundo. Para 2015 los analistas creen que estará muy por encima de 150%, y algunos economistas indican que el país avanza hacia una de las peores experiencias: la hiperinflación. La firma Econométrica estima que el poder de compra del salario mínimo en la actualidad es similar a la del salario en diciembre de 1998. Parte del acelerado proceso inflacionario responde a la política de financiamiento que recibe Pdvsa de parte del propio BCV, ente obligado por ley a velar por la estabilidad de los precios.
2. Disfuncionalidad cambiaria
En Venezuela hoy operan cuatro tipos de cambio. Las paridades oficiales van desde 6,30 hasta casi 200 bolívares por dólar, mientras que en el mercado negro el valor del billete verde es 220% superior. Todo este sistema genera distorsiones de todo tipo en la economía y, obviamente, sobre la moneda. Aunque las autoridades afirman que han luchado por preservar el valor del bolívar al mantener una tasa de cambio oficial en 6,30 bolívares por dólar, las cifras muestran otra realidad. De hecho, en 2008, el año de la reconversión monetaria, la tasa de cambio estaba en 2,15 bolívares por dólar, por lo que un billete de 100 bolívares compraba 46 dólares. Actualmente, a la tasa de 6,30 bolívares por dólar ese mismo billete compra algo más de 15 dólares. Con la tasa oficial del Simadi se compran 0,50 centavos de dólar. Y si el ejercicio se hace considerando el dólar paralelo, estimado en 650 bolívares por dólar, alcanza para juntar 0,15 centavos de dólar.
3. Emisión de billetes
Cifras del Banco Central de Venezuela muestran que entre el primer semestre de este año e igual lapso del año pasado hubo un alza de casi 350% en el número de billetes de 100 bolívares emitidos. A junio de 2015 la estimación oficial era de 416,5 millones de billetes de alta denominación puestos a circular.
Cuando el bolívar fuerte fue anunciado en 2008, como parte del proceso de reconversión monetaria que eliminó tres ceros a la denominación de la moneda, los billetes de 100 bolívares representaban 3% del total de billetes en circulación. Al cierre de junio de este año superaban el 33%. Desde antes de que se agudizara la crisis económica se hablaba de la necesidad de imprimir billetes de 200 y 500 bolívares, lo que no ha sido aprobado por el BCV. Actualmente casi 100% del dinero en circulación está conformado por billetes, ya que las monedas prácticamente no son operativas en la economía, salvo para pagar la gasolina, por ejemplo. Recientemente en Forbes fue publicada una nota donde se estimaba que una tonelada de monedas de un bolívar podría valer 7 mil dólares como chatarra. Algunos analistas apuntan a que es muy alto el costo de producir los billetes con respecto a su valor nominal.
4. Bachaqueros
Uno de los males que ha generado la distorsión que vive la economía, en esencia por 12 años de controles de cambio y de precios, es el florecimiento del “bachaqueo”. En la frontera con Colombia desde hace años ha existido esta actividad centrada fundamentalmente en la gasolina, a la que se le gana cerca de 3.000% tan pronto sale del territorio venezolano. Más recientemente se sumó el bachaqueo de productos básicos que, por el diferencial de precios (entre los regulados y subsidiados que hay en el país, y los de mercado que hay en Colombia), ha terminado por consolidar grandes redes de comercio informal binacional. Esto, a su vez, ha llevado a que en la frontera se compren billetes de 100 bolívares pagando hasta 40% más del valor (Es decir, Bs 140 por Bs 100). Al vendedor se le cancela el monto más la ganancia con billetes de baja denominación. Quien compra usa el billete de 100 para varios fines, uno de los cuales es proveer de este dinero a quienes cruzarán hacia Venezuela para comprar productos regulados. La ganancia es tal que no importa la comisión que se paga por los billetes.
5. Cajeros y bancos
Desde hace más de un año la situación generada en la frontera afectaba la actividad de los cajeros electrónicos de los bancos de las zonas aledañas. En estas localidades comenzaron a escasear los billetes de 100 y de 50. En el resto del país era habitual que los cajeros surtieran billetes de alta denominación, porque esto alarga los tiempos de reposición de dinero. En la banca se ha tratado de estimular el uso de los cajeros para disminuir las operaciones en taquilla. Sin embargo, recientemente son comunes las quejas de usuarios que reportan que los telecajeros no tienen dinero, lo que indica que la situación de crisis en el sistema de monedas y billetes ya está tocando al sector financiero. La banca está entregando billetes de baja denominación en taquilla, lo que genera inconvenientes e inseguridad entre los usuarios. Esto implica, por ejemplo, que alguien podría tener que cargar con mil billetes de 5 bolívares si es con esta denominación de papel moneda que le entregan un retiro o cobro en taquilla de 5 mil bolívares.
Carmen Rosa Gómez
PUBLICADO: 06 de agosto de 2015