La decisión del pueblo griego de no someterse nuevamente a las medidas de austeridad exigidas por la eurozona para que el país reciba ayuda económica puede ocasionar una fractura en el bloque regional.
Aunque este lunes líderes como la canciller de Alemania, Ángela Merkel, y el presidente de Francia, Francois Hollande, afirmaron que, si bien no está sobre el tapete la posibilidad de un plan de apoyo inmediato, continúan abiertos a negociar con las autoridades griegas, comienzan a surgir voces menos poderosas, pero importantes, en el Eurogrupo. Y van en contra de los intereses griegos.
En España, el líder del partido Podemos, Pablo Iglesias, aseguró que, contrario a lo que parece, el triunfo en los comicios griegos del rechazo a las medidas, es, en su opinión, un acercamiento a Europa. Pidió a países como Italia y Francia apoyar a la nación helena y reafirmó el derecho a la autodeterminación.
Desde Italia y el Parlamento alemán comenzaron a surgir voces en referencia al “Grexit” (la posible salida de Grecia del grupo de países que tiene como moneda común el euro), voces a los que se suman paulatinamente las de actores con menos músculo económico pero que tienen poder en los órganos de decisión.
Y en esa perspectiva, la situación apunta a una fractura entre las opiniones de los acreedores con grandes economías y su interés de mantener una divisa común para no perder trabajo acumulado, y naciones con más dificultades, cuyos habitantes se niegan a seguir pagando los errores de una nación a la que consideran más rica y a la que, dicen, se le otorgan beneficios inconcebibles.
La Europa empobrecida
Estonia, Letonia, Lituania y Eslovaquia, reporta AFP, alegan que son países muy pobres para sacrificar recursos en pro de una nación que no ha sabido aprovechar las oportunidades ya ofrecidas.
En Eslovaquia, apunta la agencia, el salario promedio es de 880 dólares por mes, por lo que la ciudadanía critica que haya información de que los griegos gozan de pensiones de 1.000 euros mensuales.
El ministro eslovaco de Finanzas, Peter Kazimir, fue el primero de los miembros del Eurogrupo en destacar que el "no" griego hacía emerger el espectro de un 'Grexit'. "La pesadilla de los 'euro-arquitectos' de ver cómo un país deja el club parece un escenario realista tras el voto negativo de Grecia", indicó en su cuenta de Twitter. Este lunes insistió ante la prensa: "la retirada progresiva de Grecia de la zona euro ya está en curso".
El primer ministro de ese país, Robert Fico, recordó que la nación que dirige no ha aportado recursos para los planes de rescate a Grecia. Explicó, a modo de tranquilizante para la población, que no sufrirán ninguna consecuencia, se quede o no Grecia en la zona euro. "Los eslovacos no perderán un euro a causa de los griegos, porque no les hemos dado dinero", fue su afirmación en un debate televisado.
Otros países pobres de la zona euro, sin embargo, temen que sí puedan perder. El presidente de Estonia, Toomas Hendrick Ilves, indica AFP, explicó que hay que pensar en "todos los acreedores, no solamente en los bancos", pues "países más pobres que Grecia pueden perder hasta el 4,2% de su PIB". Su primer ministro, Taavi Roivas, considera que las opciones ahora para Grecia son "malas o peores" y que las reformas son "inevitables".
Estonia y Letonia se independizaron de Rusia en 1991 y se unieron a la zona euro en 2011 y 2014. En enero el tercer país báltico, Lituania, también ingresó.
Los tres países padecieron con dureza la crisis económica de 2008-2009, con una profunda recesión, antes de recuperarse tras adoptar drásticas medidas de austeridad y reformas.
"Los estonios no comprenden la actitud de los griegos. Nosotros estamos acostumbrados a ahorrar y a vivir con sobriedad", explicó a AFP Merit Kopli, editor-jefe del mayor diario de Estonia, Postimees.
Para este martes está planteada una reunión del Eurogrupo sobre el caso y Grecia informó que presentará una propuesta respecto a su situación. Mientras tanto, Ángela Merkel sostiene que "esta semana" es el límite del plazo para el estudio de cualquier alternativa y David Cameron, primer ministro británico, sostiene que es un momento clave para los griegos.
PUBLICADO: 06 de julio de 2015