En los primeros siete meses del año apenas se ensamblaron 12.922 vehículos, de acuerdo a los datos de la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez). La cifra representa un incremento de 83,63% con respecto a 2014, cuando las automotrices apenas habían armado 7.037 unidades, afectadas por varias paralizaciones.
Sólo eso explica el repunte y, en cierto modo, maquilla la realidad de un sector que hasta hace pocos años registraba cifras récord. Pero la comparación con respecto al año pasado, que a la postre fue el peor año en la industria automotriz desde 1962, es un espejismo.
El rendimiento de los siete primeros meses del año equivale a menos del 15% de lo que podrían producir las siete automotrices privadas si no estuvieran sufriendo restricciones en la asignación de divisas y, en consecuencia, la poca disponibilidad del material de ensamblaje.
De acuerdo a las estimaciones de Cavenez, las ensambladoras poseen capacidad para producir entre 200 mil y 250 mil unidades anuales, razón por la cual a estas alturas del año deberían tener armados unos 100 mil carros.
Entre enero y julio de 2007, por ejemplo, las ensambladoras privadas armaron 100.436 vehículos. En los primeros siete meses de 2008 el resultado fue de 85.316 carros y en 2009 fue de 70.425 autos, cifras que están muy por encima del ritmo de producción actual.
En la industria aseguran, además, que prácticamente el segundo semestre del año está perdido. Entre julio y agosto varias de las siete automotrices han paralizado su producción tras agotar el material de ensamblaje que disponían. MMC Automotriz, responsable de las marcas Mitsubishi y Fuso, General Motors y FCA –antigua Chrysler- adelantaron las vacaciones de sus trabajadores y en el mejor de los casos reanudarán con una producción mínima en septiembre.
El boletín mensual de Cavenez muestra que FCA no ensambló ni un vehículo en julio y que en MMC Automotriz cayó a 113 unidades.
La única ensambladora que tiene asegurado el material de ensamblaje para parte del segundo semestre es Ford, que pudo importarlo tras el acuerdo sellado con el Ejecutivo nacional en marzo y que permitiría la venta de los carros en dólares. Sin embargo, ese acuerdo no se respetará y la empresa aún intenta acordar un mecanismo de comercialización con las autoridades. La normalización de la producción de la planta de Ford en Valencia dependerá de ese esquema de comercialización.
Roberto Deniz
PUBLICADO: 15 de agosto de 2015