Tras el lanzamiento de un spot con el que el candidato oficialista a la Presidencia de Argentina Daniel Scioli utiliza un argumento similar al de la oposición brasileña para hacer frente a la mandataria Dilma Rousseff en la más reciente campaña de ese país, analistas afirman que Scioli tiene en el debate previsto para este fin de semana una última carta que usar para tratar de revertir la tendencia que señalan las encuestas.
La victoria en la primera vuelta de los comicios por un estrecho margen disparó a Mauricio Macri como favorito para imponerse en el balotaje. Ante ese escenario, la campaña de Scioli se ha enfocado en descreditar a su contrincante, y un ejemplo de ello es, precisamente, la pieza. En el material, se muestra a votantes con una máscara de Macri que se quitan la careta cuando se enteran de algunas frases e ideas del candidato, reveladas progresivamente por una voz en off.
Scioli, confiado en el poder de convocatoria del partido de gobierno y la estrategia asumida para la primera vuelta, no asistió al anterior debate, en el que participaron los demás candidatos para exponer sus ideas. Sin embargo, la tortilla se volteó al conocerse los resultados del proceso comicial. La ventaja cambió de lado y se presenta como un aliado evidente del opositor Macri. Por tal motivo la acción del kirchnerismo se centró desde entonces en desacreditar al rival, en buscar la manera de ensuciarle, hacerle sangrar y perder la imagen renovada con la que se presenta al momento decisivo.
Para Carlos Pagni, del diario La Nación, tal estrategia no ha rendido los dividendos esperados porque, aunque el equipo de asesores del oficialista cuenta con la orden exprresa, no han halado argumentos decisivos que permitan enfilar las armas de la propaganda contra Macri. "Scioli hizo oler el suéter de Macri a sus colaboradores para que le traigan novedades con las cuales lastimar. Hasta ahora hay pocas. Aterrorizar con que quitaría los subsidios; insistir en el rechazo a la fertilización asistida", explica en el diario.
Considera, además, que el principal problema del candidato oficialista es no haber hallado una posición que pueda defender y de la que pueda erigirse como abanderado. Explica que adolece los males de otros postulados que basaron su estrategia en los proyectos desarrollados hasta el momento de su lanzamiento por el Gobierno. Y añade que la principal baza en esta ocasión no le alcanza al oficialista para conseguir la cantidad de votos requerida: el apoyo al proyecto gubernamental ronda el 37%, en los mejores pronósticos.
Acerca de Macri, Pagni señala que desde la primera vuelta de las elecciones se ha convertido en un "mimado de la fortuna". La expresión, de sobra condescendiente, evidencia que más allá de haber presentado una opción definitivamente ventajosa con respecto a la del continuismo gubernamental, el opositor se ha nutrido de las fallas en el sector oficilaista y el descontento con la gestión de Cristina Fernández. Ha capitalizado, por una u otra vía, el respaldo que quedó en suspenso con las derrotas de los demás candidatos en la primera vuelta, y ha sumado adeptos a su iniciativa.
Pagni coincide con otro reportero del medio, Luis Majul, en que el debate será la gran y última alternativa de Scioli para tratar de revertir su actual posición: la de retador. Sin embargo, señalan, está demostrado que una alocución televisiva no es eficaz para dar un giro abrupto cuando las diferencias son amplias. Por otra parte, consideran que será fundamental el espacio que la prensa dedique, después del evento, a las afirmaciones de cada candidato y el contenido de su discurso. Ante tales perspectivas, los ataques en las campañas podrían resultar, simplemente, la evidencia del rechazo a una gestión distinta.
PUBLICADO: 12 de noviembre de 2015