El presidente Nicolás Maduro anunció el pasado 11 de febrero que Venezuela será autosuficiente en cuanto a la producción de papel, ya que el país contará con aserraderos industriales y maquinaria que le permitirían potenciar la industria maderera y la fabricación de papel. Sin embargo, el escepticismo no tardó en hacerse presente, sobre todo por la grave situación por la que atraviesa la prensa nacional debido a la escasez de papel.
Son dos los elementos que se desprenden del anuncio del presidente respecto a la anhelada autosuficiencia de Venezuela en cuanto a la producción de papel. En primer lugar, está el funcionamiento centralista y el protagonismo del Complejo Editorial Alfredo Maneiro (CEAM), ente que preside Hugo Cabezas y que es responsable de la distribución del papel que requiere la prensa para poder sobrevivir.
El hermetismo y la opacidad en la información relacionada con el manejo y la distribución de papel que se lleva a cabo desde el CEAM constituyen los principales obstáculos que no permiten evaluar el desempeño del ente responsable de distribuir el insumo principal para el funcionamiento de la prensa.
“Venezuela está lista, se hizo la inversión en aserraderos industriales más grandes que el país ha visto jamás. Están las maquinas para fabricar las pulpas de papel. Venezuela se va a independizar al fabricar papel para los periódicos, los cuadernos, todo lo que necesitamos”, aseguró Maduro.
Esta aseveración da lugar al segundo elemento, el factor industrial. Aserraderos industriales y maquinarias para la fabricación de papel fueron dos de los elementos mencionados por el presidente Maduro.
Para Carlos Carmona, presidente del diario El Impulso, el anuncio constituye una irresponsabilidad. “Se necesitan litros de agua y electricidad para la producción de papel. Y no hay ni agua ni electricidad. Es una gran farsa”.
Las cifras del sector industrial durante el último trimestre de 2015 no son alentadoras para una propuesta como la que hizo el presidente Maduro, pues se contrajo 75%, según datos de Conindustria.
Otra consecuencia de la situación económica, específicamente por la falta de divisas para la importación de papel, es la reducción de tirajes de los impresos en al menos 60%, según informó Cabezas el 31 de enero. El presidente del Complejo Editorial Alfredo Maneiro reconoció que el ente, adscrito al Despacho de la Presidencia, se ajustara a un plan de ahorro, para lo que será necesario un cronograma de distribución de papel del que se sabe poco.
Desde la empresa estatal esperan que la estabilización de la distribución de bobinas se concrete en marzo. El Ejecutivo aprobó los recursos para la compra de 30 mil toneladas de papel por 24,4 millones de dólares. Por lo visto, el papel para la prensa y la situación crítica de la materia prima para los medios impresos seguirán dando de qué hablar.
PUBLICADO: 17 de febrero de 2016