El recién electo presidente norteamericano inició 2017 arremetiendo contra las marcas automotrices que ensamblan en México. Tras hacer que  Ford  desistiera de su fábrica en San Luis de Potosí, ahora amenaza a General Motors con hacerles pagar grandes impuestos. ¿Populismo  o proteccionismo salvaje?

Donald Trump ha iniciado el 2017 con una nueva batalla en Twitter. Esta vez se fue contra General Motors y su producción en México. El magnate amenazó, al más puro estilo de estos lares, que si la marca no fabrica el Chevy Cruze en Estados Unidos tendrá que pagar un gran impuesto.

Cabe recordar que siendo candidato a las presidenciales Trump dijo que aplicaría una tarifa del 35% a los carros producidos en México.

Ante tal amenaza, General Motors no tardó en responder precisando al presidente electo de los Estados Unidos que  los 190.000 modelos del sedán que vendieron el año pasado en los concesionarios del país se ensamblaron en la planta que opera en Lordstown (Ohio). Adicionalmente, la marca explicó al nuevo presidente que los automóviles que se producen en México son modelos con portón trasero que están destinados al mercado global, y que solo “pequeño número” se venden en  EE.UU., unas 4.500 unidades.

La agresividad de Trump hacia esta empresa, una de los pilares industriales del país, sorprende aún más si se tiene en cuenta que Mary Barry, la consejera delegada de General Motors, forma parte del foro estratégico integrado por grandes ejecutivos que asesorarán al futuro presidente desde el sector privado en materia de creación de empleo y parta apuntalar el crecimiento económico.

Ford Motor también objetivo de Donald Trump durante la campaña. El candidato llegó a decir que era “una vergüenza” que la compañía trasladara toda la producción de sus utilitarios más pequeños a México para elevar así la rentabilidad. Fiat Chrysler, Honda, Toyota y Volkswagen buscan ahorros estableciendo parte de la producción en países con una mano de obra más barata. Está por ver cómo se aplica el arancel sin que afecte solo a los fabricantes locales.

Cualquier parecido a un discurso por los venezolanos conocido, es solo pura coincidencia.

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