Es necesario dejar los prejuicios. Desde que existen las redes sociales, los usuarios pasaron a ser productos en constante exhibición. Las fronteras entre la vida personal y la profesional se han hecho difusas ya que todo está expuesto en la red y un curriculum muy brillante puede verse opacado por una conducta menos prestigiosa expuesta online. Por ello, la construcción de una identidad en la nube es cada día más importante. La era del Personal Branding inició en el 2010 y llegó para quedarse e invitar a que los profesionales se sirvan a sí mismos como un plato gourmet.
María Alejandra Almenar / @Mariale_Almenar
Las redes sociales han sido todo un huracán en nuestras vidas. Llegaron para cambiarlo todo y de la noche a la mañana, sus usuarios pasaron de ser consumidores de información a los principales productos en venta constante.
De este cambio, surgieron nuevos conceptos que han dado lugar al marketing digital. Entre ellos, la muy nombrada “marca personal”. Para una generación que creció con el prejuicio de que “las personas no están venta”, el tratarse a sí mismo como producto comercial puede ser perturbador, pero, como lo que actualmente no está en las redes no existe, PRODUCTO pone ante sus lectores los 10 ingredientes para convertir un simple perfil, en un apetitoso plato de consumo masivo y asegurar su supervivencia en el mundo online.
¿Con qué se come eso?
La marca personal fue definida por Jeff Bezos, CEO de Amazon, como “lo que dicen de ti cuando tú no estás delante”. De manera que esa imagen que los vecinos tienen de alguien en los pasillos, pasa a ser importante en el mundo online y es toda una proeza construir una reputación sólida y que proyecte exactamente lo que se quiere mostrar. Lo interesante de este concepto es que no se limita a vender productos. La construcción de una marca personal va dirigida a la arquitectura de una reputación que diferencie a la persona de los demás oferentes en su ramo, le haga atractivo y genere confianza en el consumidor.
Cuando un postulante va a una oferta de empleo, lo más seguro es que ya haya sido investigado en Google, y muchas veces, de lo conseguido en esa búsqueda, depende una contratación.
Los ingredientes
Para comenzar el largo y constante proceso de cocinar una marca personal, los ingredientes son los siguientes:
1.Denominación de origen
La información genérica no vende. En un mercado saturado de profesionales, lo único que puede hacer destacar, es enfocarse en aquello que hace único el servicio que ofrece. Ya sea basado en el conocimiento o en el método, es imprescindible encontrar aquello en lo que se especializa, lo que lo hace único y explotarlo.
2.Manos en la masa
No se habla de quien no está. Es importante mantener una presencia constante en las redes o plataformas elegidas para desarrollar la marca personal, generando contenido apropiado y dirigido al servicio que se ofrece. Así mismo, el consumidor nota cuando el contenido publicado o las cuentas en las redes son manejadas por el mismo oferente. Al menos mientras la marca se establece, el manejo personal de la misma es importante.
3.Ensayo y error
Las estadísticas dicen que el 95% de los bloggers abandonan sus publicaciones durante el primer año. Establecer un ritmo de publicaciones y mantenerlo, genera una relación de engagement –compromiso- con los seguidores que se convertirán en clientes.
4.La agenda
Trazarse metas a corto, mediano y largo plazo, así como las estrategias para conseguirlas, es un proceso vital en la construcción de una marca.
5.El comodín
No es una tarea fácil. Lo que el profesional quiere mostrar no necesariamente es aquello que su audiencia necesita o prefiere ver. En una época en la que Google ha hecho que todos se crean expertos, la orientación de personas que realmente conozcan de este campo es muy importante. Recurrir a un experto puede disminuir el tiempo empleado, afinar las estrategias y optimizar los resultados. No es tan difícil como parece, muchos están al alcance de un clic y prestan información gratuita al respecto.
6.Nuevo look
No estamos hablando de un tono de cabello. La imagen de la marca personal está constituida por el nombre, los valores, las palabras claves, el mensaje que quiere transmitirse, el tono comunicacional –formal o casual-, y el concepto visual (colores, tipografía, logo). Todos elementos importantes en la diferenciación de otros y en la creación de una identidad.
7.Relaciones al gusto
Tratar un perfil como una marca, exige ser abierto y relacionarse con la mayor cantidad de personas posibles. Incluso con aquellos que podrían ser considerados competencia. La colaboración con otros profesionales, los trabajos conjuntos y el aporte de otras marcas, enriquecen la oferta que puede brindarse al consumidor.
8.Estudios al mayor
La elaboración de una marca personal es un trabajo arduo que exige una preparación constante. Estudiar sobre estrategias de marketing, mantenerse al día con las nuevas tecnologías de comunicación, empaparse de las nuevas técnicas de diseño, adquirir conocimientos sobre cómo llegarle a la audiencia, entre muchos otros tópicos, es importantísimo en el crecimiento de la marca.
9.Kilos de humildad
La gestión de marcas más importante es la de manejo de crisis. En un momento álgido, una buena gestión puede no sólo remendar un error sino sacar provecho del mismo. Hablar a la audiencia con claridad, reconocer errores cometidos, aceptar las críticas y acoplarse a las exigencias de la audiencia son sólo algunas de las formas de demostrar el interés por complacer a la audiencia que se quiere mantener cautiva.
10. Toneladas de paciencia
Como ya se puede intuir, el trabajo de construcción de una marca sólida puede tomar años, por ello es importante armarse de paciencia y mantener una actitud positiva y motivada al logro.
El disfrute de una marca personal sólida es un plato que se come frío y que cada día es de mayor necesidad para que la vida online rinda frutos en la offline.
PUBLICADO: 04 de abril de 2018