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Confusión en el BCV: Encaje de 100% no será para depósitos sino para las reservas excedentarias

El presidente del BCV, Calixto Ortega Sánchez, generó confusión al informar que el encaje legal de los depósitos del público a partir del 1 de septiembre sería de 100%, cuando, en realidad, se crea un encaje especial para las reservas excendentarias de los bancos en el ente emisor.


El presidente del Banco Central de Venezuela, Calixto Ortega Sánchez, generó una grave confusión al anunciar que se incrementaría a 100% el encaje legal por los depósitos recibidos en el sistema financiero a partir del pasado 1 de septiembre cuando, en realidad, la medida consiste en un encaje especial de 100% que se aplica "sobre el incremento de las reservas bancarias excedentes al cierre del 31 de agosto de 2018".

En la Resolución 18-08-01, firmada por la primera vicepresidenta-gerente del ente emisor, Sohail Hernández Parra, se define a las reservas excedentarias "al cierre del 31 de agosto de 2018, a los efectos de esta Resolución, el saldo mantenido en la cuenta única en el Banco Central de Venezuela, deducido el fondo de encaje ordinario correspondiente a dicha fecha".

La única interpretación posible al anuncio hecho por el presidente del BCV y reproducido por varios portales, entre ellos TalCual y el sitio especializado en banca y finanzas, Banca&Negocios, dirigido por el economista especializado en la materia, César Aristimuño, entre otros, es que la banca tendría que depositar en el BCV un bolívar por cada bolívar recibido en depósitos a partir del 1 de septiembre. Algo completamente distinto a lo que dice la resolución oficial.

El economista Aristimuño explicó a PRODUCTO que de lo que se trata es de impedir el aumento de las reservas excedentes, a través de una medida de congelamiento que forzaría a la banca a incrementar su intermediación financiera.

Curiosamente, si la decisión hubiera ido en el sentido indicado por el presidente Ortega Sánchez, lo que habría ocurrido es un desestímulo brutal a la intermediación, porque la banca tendría que reducir su disponibilidad crediticia para cumplir con una norma de encaje completamente inédita y especialmente agresiva.

Lo que se entendía de lo dicho por el presidente del BCV es que el gobierno había buscado una forma de evitar el aumento de la liquidez que se producirá, se entiende, a partir de la expansión que significará el incremento del salario mínimo.

Fue tal la confusión generada por Ortega que un economista experimentado y analista de riesgo bancario, como Francisco Faraco, dijo a PRODUCTO que la decisión tendría un impacto limitado, porque la banca tiene 50% de su activo en su cuenta de disponibilidades, por lo que el sistema financiero tendría espacio para cubrir el encaje, aunque fuera en parte, sin mayores traumas.

Las reservas excedentarias de la banca han aumentado 2.800% en lo que va de año, y lo que se busca es impedir que estos recursos ociosos crezcan aún más, sin ganar intereses, por lo que se induce a los bancos a incrementar la intermediación, la cual, sin embargo, muestra un nivel promedio cercano a 50%, a pesar de la feroz recesión y del fenómeno erosivo de la inflación.

EL EJERCICIO DE LA CONFUSIÓN

Errar es de humanos y uno entiende que un funcionario inexperto y, seguramente, sometido a grandes presiones pueda equivocarse, pero si existe alguna función delicada en la Administración Pública es la Presidencia del Banco Central de Venezuela.

Por ello, existe la tradición, a la que Venezuela en otro tiempo se acogía, de que la elección de la cabeza del ente emisor es un proceso exigente y auditado, generalmente, por los parlamentos. Se requieren economistas experimentados, con conocimientos certificados, experiencia académica y obra escrita sobre las complejas y estratégicas materias que competen a un banco central o de reserva.

En un país normal, el banco central es el garante del respaldo efectivo de la moneda de curso legal y el responsable por la estabilidad de los precios y los equilibrios macroeconómicos. Lo deseable es que estas instituciones gocen de autonomía política y funcional para que puedan ejercer sus funciones dentro de límites éticos muy claros y con el mayor rigor técnico, sin atender a las apetencias fiscales o de otro tipo de los gobiernos de turno.

Como ha ocurrido con todas las instituciones, desde que el ex presidente Hugo Chávez le pidió al BCV un "millardito" para financiar el déficit con las reservas, las cosas en el ente emisor han venido en franca caída. Hoy el BCV es una agencia de gestión monetaria del gobierno y emite dinero inorgánico a placer y voluntad de los factores políticos que gobiernan.

La elección de Calixto Ortega Sánchez se explica en este contexto, pero "la culpa no es del ciego, sino de quien le da el bastón", dice el refrán; sin embargo, sería deseable que el BCV tuviera más cuidado con lo que comunica en el futuro. Por lo menos eso.

AJP

 

 


PUBLICADO: 03 de septiembre de 2018