El 77% de las empresas industriales que sobrevive en el país considera cerrar durante los próximos dos años, lo que deja en evidencia que las inversiones de mantenimiento, básicamente dirigidas a la reposición de inventarios, están cayendo aceleradamente, revela la encuesta de coyuntura industrial del segundo trimestre de 2018, elaborada por la Confederación de Industriales de Venezuela (Conindustria).
De este porcentaje, 42% cree que podrá resistir menos de un año, y 35% estima que su expectativa de vida no pasa de 24 meses. Solo 10% de los industriales nacionales cree que puede resistir más de cinco años.
En la denominada gran industria, 42% de las empresas se otorga una expectativa de vida de menos de 12 meses y el 50% de la pequeña y mediana manufactura se encuentra con esta misma expectativa.
Las condiciones de operación para el sector industrial se han hecho precarias. Si se observa la demanda de productos, 72% de la manufactura tiene pedidos para menos de tres meses de trabajo, lo cual genera una situación efectiva de insostenibilidad; sin embargo, el escenario para la pequeña empresa es de colapso ya que su demanda registrada equivale a menos de un mes de trabajo.
Solo 13% de la industria, globalmente considerada, tiene pedidos suficientes para trabajar más de cuatro meses, lo cual tampoco es un indicador para celebrar. Un 15% de las manufactureras grandes y medianas tiene pedidos para este mismo rango temporal de actividad.
Máquinas apagadas
La encuesta de coyuntura industrial de Conindustria revela que 87% de las plantas industriales trabajó con menos materia prima que en el período trimestral precedente. La situación, de nuevo, es especialmente grave en el segmento de la pequeña manufactura donde 83% de las organizaciones registró una "gran disminución" de sus volúmenes de materia prima.
En general, 59% de la industria venezolana sufrió una mengua muy importante de materia prima, la cual, no obstante, afectó menos a la gran industria, cuyos representantes indicaron que 46% de las organizaciones registró una reducción marcada de materiales básicos para transformar.
Esta escasez de materia prima incide directamente en que, en promedio, el sector industrial esté operando con menos de 20% de su capacidad instalada, un dato históricamente negativo si se considera que la producción industrial no ha sido afectada por ningún evento natural catastrófico, bélico o alguna crisis de carácter estructural, salvo que en esa caracterización entren las políticas erosivas del gobierno.
Si se mira el asunto de la capacidad operativa con más detalle, se encuentra que 45% de la industria trabaja a un máximo de 20% de su capacidad instalada; 37% ocupa entre 20% y 40'% de su planta instalada; y 8% puede llegar a 60%.
¿Y cuál es el saldo de este proceso de parálisis acelerada? Sencillamente que 91% de la industria nacional registra una disminución de su producción en unidades. De este total, 61% reportó una caída drástica y 30% un recorte menos dramático, aunque la presentación de la encuesta no precisa los rangos, sino que revela exclusivamente variaciones porcentuales.
La pequeña empresa manufacturera reporta en 74% de las unidades activas una reducción drástica de la producción, mientras que esta mismo resultado se produjo en 53% de la gran empresa y 56% de la mediana.
El análisis de Conindustria señala que este resultado refuerza una expectativa de contracción general de la economía superior a 20% al cierre de este año, incluso dos puntos por encima de las duros pronósticos del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Futuro Complejo
Es obvio que en un cuadro como este no se pueden trazar expectativas positivas; de hecho, 82% de las empresas manufactureras aseguran que sus ventas disminuirán este año. De este grupo, 57% proyecta una disminución aguda de la facturación, y solo 2% de los industriales señala que sus ventas aumentarán "mucho".
¿Por qué la industria está en esta debacle? Las respuestas de los industriales siguen siendo, básicamente, las mismas: 49% piensa que el problema medular es la baja demanda en el mercado nacional; 39% cree que la causa es la falta de disponibilidad de divisas; 35% achaca el colapso principalmente a la escasez de materias primas, equipos y repuestos; 26% a la incertidumbre generada por el escenario político-institucional; y 18% a la falta de financiamiento.
La encuesta de coyuntura industrial de Conindustria revela que la industria ha perdido 26% de su mano de obra, debido a la "fuga" de talentos. Por supuesto, aquí las asimetrías financieras por tamaño de empresa ganan peso, de manera que la gran industria ha perdido menos de 20% de su capital humano, mientras que 50% de la pequeña manufactura ha visto emigrar a 40% de sus trabajadores calificados.
la mediana empresa ha sido afectada en un 38% de las unidades por una fuga de personal equivalente a entre 21% y 30% de su plantilla.
La industria ha enfrentado, según esta encuesta, un aumento de costos de producción en un trimestre de 4.900% en promedio. Un 32% declara haber absorbido incrementos superiores a 5.000%; 10% entre 3.001% y 5.000%; al tiempo que, en el otro extremo, el 26% mejor parado de las empresas en términos de costos cargó con escaladas de entre 401% y 1.000%.
En resumen, 97% de las industrias encuestadas por la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) dijo que la situación del país está peor y mucho peor; mientras que situación del sector para el 88% de la muestra es peor. Una condición similar se observa cuando la pregunta se enfoca en cómo está la empresa consultada; pues, en ese caso, 71% de los empresarios califican su situación como peor o mucho peor.
Además, 71% de las empresas aseguran que sus inversiones disminuyeron; 26% dijeron que se mantuvieron igual y solo 3% dicen que aumentaron. 52% de los consultados asegura que no realizará inversiones para el resto del año y 43% sólo se concentrarán en inversiones operativas.
Más allá de los números
El presidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga, confirmó que más de 200 industrias bajaron sus santamarías definitivamente durante el segundo trimestre de 2018, un número alarmante que representa un promedio de más de dos empresas por día.
El saldo rojo del sector productivo, se resume en la clausura de 22% de las empresas en los últimos años, lo que ha significado la pérdida de 250.000 empleos directos y 750.000 indirectos. En general, Olalquiaga calificó en términos muy duros a las políticas económicas del gobierno.
“Ya Venezuela no es un país industrializado, le van quedando unas empresas industriales, se adquieren algunos insumos, se les hace una transformación relativamente ligera y a eso queda reducida la empresa nacional", apuntó el dirigente gremial.
PUBLICADO: 05 de noviembre de 2018