2019 tiene la perspectiva de ser el peor año de la historia de Venezuela en materia económica, de acuerdo con las estimaciones que maneja la firma de análisis económico Ecoanalítica. Cualquier indicador que se tome para comparar implica la imposición de un récord negativo.
A juicio de Asdrúbal Oliveros, socio director de la consultora, la hiperinflación está en una "fase intermedia", por lo que cabe esperar,y así lo indican los números prestandos, que en los próximos 13 meses la escalada de los precios se acelere con la lógica secuela del incremento de la miseria y la mayor destrucción de la economía.
Ya pasaron los tiempos cuando los economistas decían que la recuperación del país sería rápida tras un cambio político. Ahora el discurso es más pesimista.
En consecuencia, estos son los números que Ecoanálitica considera más probables sobre el desempeño económico del país en 2019:
PIB: Según Ecoanalítica, la contracción del Producto Interno Bruto será de -26,2%. Para el cierre de 2018, la firma espera un caída de -23,5%. Esta proyección implica una reconsideración a la baja de proyecciones anteriores, e incluso son peores que las del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial.
PIB PETROLERO: En línea con la proyección de que Venezuela no podrá exportar más de 500.000 barriles diarios de crudo durante el año próximo, Ecoanalítica prevé que el Producto Petrolero sufrirá un nuevo desplome de -22,7%, un número bastante similar al que proyectan para este año de -22,8%. En dos años, el PIB Petrolero acumulará una contracción de 45,5%.
PIB NO PETROLERO: Lo que ocurre con el aparato productivo no petrolero no puede ser calificado de otra forma, sino de catástrofe. Al cierre de 2019, Ecoanalítica estima que la contracción será de -23,9%, una fuerte aceleración de la caída frente al resultado esperado de 2018, proyectado en -19,5%. Por algo, Asdrúbal Oliveros sostiene que la Manufactura será el sector más vulnerable en 2019 y la encuesta de coyuntura más reciente de la Confederación de Industriales de Venezuela (Conindustria) registra que 77% de las plantas manufactureras activas cree que no tiene más de dos años de vida. Si se cumple esta proyección, el PIB no Petrolero acumulará, desde 2016, una caída acumulada de 76,6%, que implica una reducción promedio anual de 19,15%.
EXPORTACIONES: Si cae la producción petrolera exportable, evidentemente las exportaciones totales también tendrán signo negativo, pues las ventas externas distintas al petróleo representan un porcentaje minúsculo de la oferta de bienes y servicios del país. Ecoanalítica proyecta una baja de -40,3% en 2019, un deterioro superlativo frente a la disminución de -9,3% que se calcula para 2018. La baja productividad, los crecientes costos derivados de la hiperinflación, las dificultades de acceso al financiamiento y el entorno en general, configuran un cuadro que desestimula la producción exportable.
IMPORTACIONES: En números concretos, el país viene importando unos USD 12.000 millones por año, una cifra insuficiente ante la creciente dependencia de Venezuela de la producción de otros países. Los graves problemas de financiamiento que enfrentará el gobierno provocan que la proyección de Ecoanalítica sea de una reducción 36,3%, lo que se traducirá en un evidente recrudecimiento de los niveles de escasez de productos en el mercado interno.
Según Ecoanalítica, las compras externas cerrarán este 2018 con un ligero incremento de 2,8%, que se explica por el incremento de los precios petroleros y la estrategia de default selectivo con la deuda externa, que ha permitido desviar recursos para incrementar en algo las importaciones públicas, pues las privadas son una mínima fracción que se reduce a adquisiciones limitadas de materia prima y pequeños volúmenes de productos terminados.
En números, se espera que en 2019, el país importe USD 7.800 millones, luego de que, al cierre de este ejercicio, se esperan compras de USD 12.200 millones. El monto esperado para 2019 es el mínimo histórico en más de una década.
PRECIO DE LA CESTA PETROLERA: En el mercado petrolero no se esperan cambios traumáticos para el próximo año, a pesar de que la disminución de la producción venezolana y el reinicio de la política de sanciones de Estados Unidos contra Irán, puede mantener los precios en niveles elevados; sin embargo, la oferta de crudo viene avanzando, ya Estados Unidos se ha convertido en el primer productor mundial, por lo que el gobierno venezolano no puede esperar milagros.
Según Ecoanalítica, la cesta venezolana promediará unos USD 62,6 por barril en 2019, un precio muy similar al esperado para 2018 de USD 65.
En todo caso, por la reducción de los volúmenes exportados de Pdvsa, al cierre del próximo año, el Fisco habrá dejado de percibir una cifra cercana a los USD 54.000 millones desde 2013.
RESERVAS INTERNACIONALES: Las proyecciones de Ecoanalítica dejan ver una situación muy cercana al colapso en el sector externo, pues estima que las Reservas Internacionales registrarán una caída acelerada en 2019 de -67,8%, para ubicarse en un insólito mínimo de USD 2.700 millones, lo que significaría en la práctica la extinción de las reservas operativas de la República.
BALANCE FISCAL: Ecoanalítica no presenta una proyección específica de déficit fiscal para 2019, pero para el cierre de 2018, se espera un saldo de -11% del PIB, una mejora si se considera que en 2017 se estimó una brecha de -17,4% del PIB. Sin duda, el gobierno ha tenido que asumir una fuerte contracción del gasto público junto con el costo inflacionario -o hiperinflacionario- que significa mantener la emisión de dinero inorgánico.
La irresponsabilidad monetaria ha sido la única respuesta que el gobierno ha encontrado a mano para enfrentar la tormenta perfecta que ha atravesado en materia fiscal, con caída del ingreso por exportaciones de crudo y una reducción agresiva de la capacidad de gasto real derivada de la tributación interna, que viene en picada.
Según Asdrúbal Oliveros, la brecha financiera del gobierno en 2018 será de unos USD 800 millones, lo que el economista califica, no sin carga de ironía, como un "éxito", pero las cosas volverán a complicarse gravemente en este frente, durante 2019, cuando el "hueco" será de USD 10.000 millones, y el Ejecutivo tendrá menos herramientas disponibles para financiarlo y, además, las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea pesarán más. Así que el default llegó para quedarse.
INFLACIÓN: Al cierre de 2019, la inflación anual proyectada por Ecoanalítica será de 1.129.783.643,1%; es decir un crecimiento de más de 1 millardo. Según Oliveros, aunque la hiperinflación venezolana apenas lleva un año y, en su opinión, no tendría que llegar a ser la más larga de América Latina, ya es la más destructiva en la historia de la región por los dantescos niveles de aceleración de los precios. Para 2018, la consultora espera un índice de precios de cierre de 4.126.246%.
La razón básica de semejante incremento de precios está en que se espera una escalada de 7.581.978% de la liquidez monetaria (M2), una aceleración enorme frente al aumento de 80.946% que se espera para el término de este año.
TIPO DE CAMBIO: Según Ecoanalítica, la devaluación del bolívar "soberano" es imparable, y lo seguirá siendo en 2019. En consecuencia, la firma espera que el tipo de cambio Dicom termine el próximo año en BsS 63.474.180.010 por 1 USD, cuando el cierre esperado en 2018 es de BsS 71,40.
En cuanto al tipo de cambio paralelo promedio, la consultora espera una paridad de BsS 126.948.360.019 por 1 USD, lo que significa un diferencia de 100% con respecto a la tasa oficial.
Como se puede apreciar, proyectado en cifras 2019 puede ser un año de quiebre en muchos sentidos para Venezuela, aunque la mayoría de las proyecciones políticas asume, por ahora, que el presidente Nicolás Maduro se mantendrá en el poder, aunque no sin sobresaltos, provocados por un descontento larvado y mayoritario que podría hacerse más activo en los próximos 12 meses ante la depauperación acelerada de las condiciones de vida.
Aunque Ecoanalítica no presenta la cuantificación del impacto que semejante entorno tendrá sobre el consumo, Asdrúbal Oliveros estima que la caída de la demanda interna de bienes y servicios puede situarse en alrededor de 20%.
Otros analistas ven la situación del consumo más comprometida, al extremo de que algunas agencias publicitarias están trabajando bajo el supuesto de que se desplomará en niveles de 50%.
La verdad es que estas cifras, como todas las proyecciones económicas y financieras en estos 20 años, solo pueden ser tomadas como referencias aproximadas, lo importante, en consecuencia, más que el número son las tendencias que revelan estos datos, y en estas tiene que focalizarse la planificación de los negocios que aspiren sobrevivir al annus horribilis que 2019 parece destinado a ser.
PUBLICADO: 07 de noviembre de 2018