La deuda externa del sector público aumentó USD 653 millones entre 2017 y 2018 y alcanzó los USD 138.600 millones, mientras que la deuda externa consolidada (incluyendo las posiciones locales) creció USD 1.900 millones (1,2%) a USD 155.900 millones en lo que va de año, de acuerdo con las estimaciones más recientes de Torino Economics.
Los cálculos, señala la firma, se basan en la metodología del Fondo Monetario Internacional (FMI), que define deuda externa como aquella mantenida por tenedores no residentes, independientemente de la moneda en la que haya sido emitida.
Con este criterio, Torino sostiene que la deuda externa total ha crecido USD 806 millones en 2018 a USD 157.700 millones, un aumento que representa 0.8% del Producto Interno Bruto (PIB). La deuda externa total, incluyendo las tenencias de los no residentes, subió USD 2.100 millones (1,2%) a USD 175.100 millones, lo que representa un aumento de 2% del PIB.
Esto, indica, ocurre en un contexto en el que el país ha perdido casi todo el acceso a los mercados financieros internacionales y ha priorizado el pago de los compromisos colateralizados, como el bono PDVSA 8,5% 2020, así como de algunas deudas bilaterales y créditos comerciales, por ejemplo, con China y Rosneft.
Torino Economics estima que la deuda en forma bonos y notas promisorias alcanza los USD 53.100 millones. Unos USD 24.600 millones adicionales están en manos del gobierno y agentes locales privados. La mayor parte de la deuda en bonos y notas promisorias ha sido emitida por PDVSA (USD 28.400 millones); la República, entre tanto, ha emitido USD 24.300 millones.
De las obligaciones de PDVSA, USD 3.100 millones son notas promisorias emitidas bajo al Ley de Nueva York para pagar a los contratistas, y USD 25.400 millones están en la forma de bonos en manos de entidades no residentes. Ambos compromisos están en default desde 2017, con excepción del bono PDVSA 8,5% 2020, que tiene las acciones de Citgo como colateral.
En total, Torino Economics calcula que, para finales de 2018, el monto de los bonos y notas promisorias, incluyendo la deuda en manos de residentes e intereses vencidos, alcanzará los USD 70.500 millones, lo cual representa 67,2% del PIB.
“El aumento de la deuda entre 2017 y 2018 tiene que ver con el hecho de que el país ha dejado de pagar USD 5.900 millones en intereses de estos préstamos. Ahora contamos estos intereses vencidos como parte del stock de deuda del país”, indica la firma.
En cuanto a los préstamos multilaterales, Torino Economics calcula que la deuda del gobierno central asciende a USD 5.500 millones. Los créditos bilaterales alcanzan los USD 18.100 millones, de los cuales USD 13.500 millones corresponden a compromisos con China.
Por último, los préstamos comerciales totalizan USD 22.900 millones. De esta cantidad, USD 1.400 millones fueron emitidos por el gobierno central, mientras que los USD 21.500 millones restantes corresponden a otras entidades. PDVSA es por mucho el deudor más grande, acumulando USD 14.300 millones.
Además, Venezuela debe USD 38.900 millones en otros compromisos distintos de los préstamos, bonos y notas promisorias. La firma calcula que USD 12.300 millones corresponden al pago de compensaciones por laudos arbitrales del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI). El resto está compuesto de créditos, cuentas por pagar y otros compromisos.
“Para finales de 2018, esperamos que la República haya honrado sus obligaciones con aquellas compañías que representan un riesgo de corto plazo, como ConocoPhillips, Rusoro y Gold Reserve”, señala el informe.
El economista jefe de Torino Economics, Francisco Rodríguez, señala que el gobierno está haciendo un esfuerzo por pagar aquellos compromisos cuyo impago implicaría la pérdida de activos o dificultades en las operaciones de la compañía petrolera estatal; entre ellos, la deuda contraída con China, Rosneft y los acuerdos por laudos arbitrales, como el de ConocoPhillips. Para hacerlo, explica, está dispuesto a mantener niveles de importaciones relativamente bajos.
No obstante, añade, la acumulación de intereses por pagar produce un aumento en el saldo total de la deuda. Esta es una de las razones por las que Rodríguez señala que el gobierno debería intentar una reestructuración ordenada de sus compromisos.
PUBLICADO: 20 de noviembre de 2018