Venezolanos estigmatizados en Colombia por la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, levantaron la etiqueta #NoSoyDelincuente para salirle al paso a sus declaraciones sobre la necesidad de deportar a los inmigrantes que han delinquido. Laureano Márquez conversa con PRODUCTO sobre este tema
El mensaje lanzado la semana pasada por la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, sobre la necesidad de deportar a los inmigrantes venezolanos incursos en delitos, levantó una ola de xenofobia en las redes sociales. Miles de personas compartieron las declaraciones, aderezándolas con amenazadoras expresiones contra la generalidad de los compatriotas que hacen vida en Colombia.
Aun cuando la funcionaria señaló que no quería estigmatizar a los venezolanos, comentó refiriéndose a ellos directamente que “hay unos inmigrantes metidos en criminalidad que nos están haciendo la vida cuadritos… Aquí el que venga a ganarse la vida decentemente, bienvenido, pero el que venga a delinquir deberíamos deportarlo sin contemplación.”
La Ley colombiana prevé la deportación de quienes cometen delitos en Colombia. Esa Ley no es xenófoba, es lógica. Pedir que se aplique tampoco es xenofobia, es usar herramientas legales que tenemos para garantizar seguridad, convivencia y justicia a todos. pic.twitter.com/y1NRH5OMsJ
— Claudia López (@ClaudiaLopez) October 30, 2020
Según un comunicado del Barómetro de Xenofobia, las declaraciones de López lograron aumentar 83%, con respecto al día anterior, los niveles de odio contra los llamados despectivamente “venecas”. Este barómetro es una plataforma que coordina y difunde públicamente sus análisis de las informaciones vía Twitter, páginas web y medios de comunicación sobre la población migrante venezolana en Colombia. En este sentido corroboró que, en Bogotá, la conversación de xenofobia aumentó 918% con respecto al día anterior; en Cúcuta 900%; en Cali, 376%; en Barranquilla 300% y en Medellín, 250 por ciento.
De acuerdo con el comunicado del Barómetro de Xenofobia, “43% de las publicaciones que vinculaban a migrantes con hechos de seguridad estuvieron relacionadas con las declaraciones de la alcaldesa. Estas publicaciones asociaban a la población migrante con frases o palabras como delitos, robos, delincuentes, entre otros”.
Pregonar el bien
La polémica declaración dio pie también para que un nutrido grupo de venezolanos radicados en el vecino país, posicionara la etiqueta #NoSoyDelincuente, destacando no solo la gratitud hacia Colombia por haberlos acogido, sino el profesionalismo de una inmensa mayoría que ha puesto su conocimiento y habilidades en favor del país neogranadino.
Me uno a tu campaña!
Soy Mayra Briceño, Venezolana. Emigré a Colombia en 2017. Convalidé mi título profesional. Soy Médica Binacional, Cardióloga, Locutora, Escritora, protectora de los animales y el ecosistema. #SoyVenezolana #NoSoyDelincuente https://t.co/7bGkiS9wPj pic.twitter.com/rE6cWPFfLF— MaBrice (@mayrabriceno) November 1, 2020
PRODUCTO consultó la opinión del politólogo, humorista y también emigrante Laureano Márquez en torno a este tema. A su juicio, el hecho de que una autoridad estigmatice a una nacionalidad, a un gentilicio, es grave porque ella tiene una influencia enorme y es generadora de opinión. “El tema de la xenofobia estimula uno de los sentimientos más primarios del ser humano: el odio. Cuando cualquiera lo quiere estimular consigue un eco inmediato”, asegura Márquez.
Entre jocoso y serio comenta que, los latinoamericanos, “si algo no podemos hacer, es acusarnos de delincuentes, porque la fama la tenemos todos.” Recuerda cómo se referían muchos venezolanos acerca de los colombianos hace décadas, cuando eran rechazados. “Eso no está bien. Los colombianos son gente decente, mayoritariamente. Y todos los países tienen algún delincuente y por eso uno no condena al país o a una nacionalidad”, dice Márquez.
De acuerdo con el politólogo, cuando un pueblo emigra y lo hace masivamente, como lo está haciendo el venezolano, “uno termina molestando. Más allá de las razones que hayan motivado que la gente salga, el sentimiento primario de la xenofobia se altera inmediatamente”.
Afirma que el primer pensamiento de los locales es que el inmigrante llegó a su país para quitarle lo suyo. Y si algún venezolano comete un delito en el exterior, eso tiene una caja de resonancia espectacular. “Cuando un venezolano en Caracas comete un atraco, uno no dice ‘los venezolanos son unos atracadores’. Pero cuando hace un atraco en Colombia, lo primero que se dice es ‘los venezolanos son unos malandros’. Es un sentimiento primario que se exalta por la presencia masiva de gente. Como estamos llegando a muchos lugares, las etiquetas funcionan muy bien para tapar las propias frustraciones”, comenta.
- PRODUCTO: ¿Es necesario aclarar que somos mayoritariamente buenos? ¿Hay algo que está mal con la apreciación del gentilicio venezolano en el exterior?
- Márquez: Muchas veces lo que sucede es que los venezolanos, honestamente, con capacidades y entrenamientos esenciales, les quitan los trabajos a los naturales de otros países. Eso ha pasado muchísimo y eso también apoya el sentimiento de odio.
- ¿Qué piensas de esta manera de defenderse a través de las redes, con la etiqueta #NoSoyDelincuente?
- Yo le encuentro un sentido positivo porque permite mostrar las cosas buenas que están haciendo los venezolanos en todas partes del mundo. El mal es muy ruidoso y el bien es silencioso. El bien hay que pregonarlo, porque el mal se pregona solo. Que una persona sepa que el médico que te salvó la vida es un venezolano; que el que te hizo un servicio de plomería; el que escribió un libro exitoso; el artista que canta y que te gusta, es venezolano… es exaltar lo que sucede no solo con Venezuela, con Colombia y con todos los países. Que la gente es, mayoritariamente, inteligente, buena, honesta y creativa. Si la mayoría de los países fuesen hampones, serían invivibles.
PUBLICADO: 03 de noviembre de 2020