Según cifras de la Asociación de Exhibidores de películas, 379 salas de cine a nivel nacional y 2000 empleos directos e indirectos se encuentran paralizados desde marzo pasado, dejando de atender a 9 millones de espectadores.
Durante estos nueve meses de cuarentena en Venezuela, las salas de cine han permanecido cerradas, por lo que el sector ha registrado un descenso del 80% en sus ingresos, en comparación con 2019. De acuerdo con cifras de la Asociación de Exhibidores de películas (Avep), al cierre del año pasado, 11 mil 700 millones de espectadores asistieron al cine. “Para 2020, con la pandemia, hemos dejado de atender 9 millones de espectadores a nivel nacional, lo que significa un gran impacto, porque las salas de cine trabajan 360 días al año, en tiempos de ocio, feriados y vacaciones, siempre se mantienen abiertas”, dice Abdel Güerere, presidente ejecutivo de la Avep.
Según el directivo, anualmente se realizan unas 478 mil funciones de cine, en 379 salas en todo el país, distribuidas en 64 complejos cinematográficos (cines) ubicados en 29 ciudades, 34 municipios y con un alcance poblacional de 60%.
Industria que aporta
Para Güerere, la contribución tributaria general que realiza el gremio de los exhibidores de películas es significativo. Los aportes por ticket para el cine se desglosan así: 16% de lo que pagan los exhibidores es IVA, 10% del valor del ticket va a 34 alcaldías a través del Impuesto Municipal de Espectáculos Públicos y 5% va para el Centro Nacional de Cinematografía. “Es un aporte en tributos importante, que se está dejando de percibir porque como va relacionado con el ingreso, ha quedado en cero por más de ocho meses”, afirma el ejecutivo.
Pese a que en las últimas semanas se han incluido algunos rubros nuevos en el esquema de flexibilización 7 +7, los exhibidores de películas no han recibido aún la autorización para reabrir sus espacios.
Sin embargo, asegura Güerere que el sector está preparado desde junio. “Pero, por motivos operacionales, para la reapertura necesitamos por lo menos dos semanas posteriores al anuncio. Debemos realizar una limpieza profunda de las salas, mantenimiento preventivo y operativo de los proyectores, aires acondicionados, entre otros. Además, se debe entrenar al personal en los temas de bioseguridad y programación. Es decir, hay un conjunto de actividades que se requiere hacer previamente, para poder abrir los cines”.
El presidente de la Avep comenta que ya se tienen claros los ajustes en cuanto a la operatividad de las salas cuando se dé la autorización. “Para evitar aglomeraciones los horarios de las funciones y salas, serán escalonados, no puede haber horarios idénticos. El diseño del protocolo impone que el público llega, se le toma la temperatura, se le provee de gel alcoholado al 70% y se dirige a la sala por un solo carril, en una sola dirección. Un carril de entrada y otro de salida. Toda una coreografía”, dice Güerere.
Una vez en la sala, el espectador presentará un código QR u otro mecanismo que no implique mayor contacto entre personas, por ejemplo, y procederá a ubicarse en su butaca, con distanciamiento social a los lados y al frente entre personas que no sean de un mismo grupo familiar.
Para Güerere, las salas de cine ofrecen un espacio idóneo y seguro para los espectadores. “Los asistentes normalmente están sentados, sin desplazamientos, mirando en una sola dirección, en silencio y con reducidas conversaciones. Los techos generalmente son muy altos; las puertas estarán abiertas para proveer ventilación cruzada y habrá una separación entre espectadores. Todo esto ofrecerá una sensación de seguridad al espectador para que se motive a asistir al cine”, apunta.
En cuanto a la necesidad de ajustar los precios de las entradas a la realidad actual de la economía venezolana, Güerere adelantó que se están realizando estudios al respecto, pero que esto dependerá de la fecha en la cual se autorice la reapertura. “En todo caso, será siempre un precio que resulte atractivo para la vuelta de los espectadores al cine y que simultáneamente permita o facilite la sustentabilidad del negocio”, advierte. “No estamos pensando ni apuntando a rentabilidad, estamos pensando en la sustentabilidad en cuanto haya un equilibrio de ingresos y egresos”.
Aun no agremiados
La Avep toma cada sala de cine como una sola empresa, aunque formen parte de un mismo grupo, por lo que el ente gremial agrupa a unas 35 empresas que, en conjunto, manejan las 379 salas que existen en el país. Además de circuitos como Cinex y Cines Unidos, también forman parte de la asociación las salas de cine independiente en Caracas Trasnocho Cultural, Cinecity en La Victoria, Estado Aragua, CineMall en Acarigua, Cines El Dorado en Barinas, Costa Mar en Carabobo y Puerto cabello, Cine Aviadores en Palo negro y Maracay, La Cascada en Altos Mirandinos y Costa Azul en Margarita, Estado Nueva Esparta.
Las salas oficiales recuperadas por entes del Estado, como el cine Principal, Junín, Catia, Cine Urdaneta -ahora Aquiles Nazoa- Cine Rialto, Cine Baralt entre otros, así como los autocines, aún no están agremiados, aunque Güerere no descarta la posibilidad de que puedan afiliarse en el futuro.
PUBLICADO: 11 de noviembre de 2020