En septiembre. Es decir, incluso un mes antes de lo que ha aconsejado Nicolás Maduro. Joy, arte y decoración, la empresa venezolana de artículos decorativos de Navidad, ha decretado el inicio de la celebración decembrina con la apertura de su tienda gigante. De más de 800 metros cuadrados.
No en el Hotel Tamanaco, donde se instaló durante dos años consecutivos. No en el centro comercial Tolón Fashion Mall, donde tiene una pequeña sucursal desde hace meses. Sino en un local de tres pisos que recién alquilaron en la urbanización Altamira Sur, a pocos metros de la Torre Británica, a donde han trasladado toda la mercancía.
La mayoría productos importados de Estados Unidos. Y hasta de China. Otro tanto armado en el país. Desde arbolitos y guirnaldas hasta esculturas de cascanueces tamaño natural. Pasando por renos y buzones para depositar la carta de Santa. Y luces, muchas extensiones.
El miércoles 8 de septiembre. Ese día fue la inauguración, para la cual Jesús Font, durante años administrador en una clínica privada y desde hace seis dueño de Joy, puso a correr a la planificadora de eventos Lydia Paredes y a la agencia de representaciones GPC Consulting para que montaran un evento de fuegos artificiales, barra de bebidas de toda especie y postres de Caracas catering, además de una tarima con vista a la calle y, de paso, hicieran toda la bulla posible en las redes sociales.
No. No como la del año pasado, por la que Román Losinski, el locutor, a quien por cierto Joy le adorna el arbolito, tuvo que salir en defensa de la compañía de decoración y también de su creador luego de que la turba tuitera lo señalara de “enchufado” y “testaferro” de algunos personeros del régimen. Amén de salir a explicar que Joy cuenta con más de 200 duendecillos de lo más trabajadores que, como los de Santa en el Polo, lo ayudan a confeccionar todas las piezas.
Un festín planificado para las 7:00 de la noche –con puntualidad de relojero suizo, se exigía en la tarjeta de invitación- pero que terminó de explotar a las 9:00 pm con la presencia de la policía de Chacao y hasta del alcalde Gustavo Duque, quien mandó a recordar que estábamos en semana de vigilancia estricta por causa de la pandemia de covid- 19, que había demasiada gente y los aires acondicionados no funcionaban, e incluso ordenó bajarle el volumen al jolgorio, de modo que a Kiara, que había sido contratada para cantar, ni se le alcanzó a escuchar el jingle “la Navidad con Joy”. Mientras que Marco Allen, el dj que seleccionaron para ponerle la guinda a semejante cocktail, tampoco pudo hacer lo que sabe: pinchar. Una lástima. O mejor: un descaro.
Estaba Mariem Velasco, la miss international 2018. Estaba José Gregorio Correa, el diputado. Estaba Edward Sitzer, el productor de eventos de la cuarta y de la quinta pero nunca de tercera. Y estaba Angela Oráa, cronista de sociales. La mayoría llegó y salió por donde entró. Bulla, bulla, no hicieron. Así que fue más la cabuya.
Jesús Font logró sin embargo dirigirse a los que pudo para explicarle que ya tiene tres locales (el del Tolón Fashion Mall, el Altamira y el de la urbanización La Viña en Valencia), pero que su intención era abrir en 2021 una tienda Joy en cada rincón del país y la pandemia se lo había impedido. La urbanización Las Mercedes y buena parte de la ciudad la ha tapizado ya a punta de afiches y vallas nada económicas.
Además de que ahora trabajará todo el año porque una vez pasada la Navidad ofrecerá todo tipo de miriñaques para San Valentín, Día de Acción de Gracias, celebraciones religiosas (bautizos, primera comunión y bodas) y, susto, hasta Halloween. Sin contar que ahora trae mobiliario, mantelería y piezas de iluminación.
El, que para muchos está más cerca de Scrooge que de “El ayudante de Santa”–dicen que se ha peleado con casi todos los influencers que años atrás dieron a conocer su trabajo- cruza los dedos y jura que lo que ven es lo que hay. Y lo que hay, lo ha conseguido con sudor y muchísimo esfuerzo. El suyo. Y el de sus amigos los duendes.
PUBLICADO: 10 de septiembre de 2021