La juguetera estadounidense Hasbro retiró del mercado la muñeca Trolls Puppy, luego de estar envuelta en una dura polémica al ser acusada de promover el abuso infantil y la pedofilia por ubicar un botón entre las piernas del juguete.
Hasbro, con casi cien años de historia en la industria de juguetes, decidió sacar del mercado la muñeca Puppy, protagonista de la película animada Trolls World Tour, atendiendo las denuncias realizadas en el video viral de una madre y a las más de 235 mil firmas apoyando su retiro, incluyendo la acusación por parte del senador conservador Sam Parker, quien a través de sus redes sociales expresó su preocupación por el juguete.
¿Pero por qué odian a la inocente muñeca? La historia comienza cuando Jessica McManis compra a Puppy para sorprender a su hija por su cumpleaños. En el empaque estaban señalados todos los botones del juguete así como la descripción de los sonidos que cada uno de ellos emite al ser presionado. Pero faltaba uno que no aparecía en la relación y McManis lo descubrió entre las piernas de la adorable muñequita cuando, al tacto, la hizo emitir jadeos y pícaras risas.
La sorprendida y preocupada madre decidió entonces hacer un video para que el juguete fuese removido lo más pronto posible de las tiendas. “Nuestra sociedad está condicionando a nuestros niños a pensar que la pedofilia está bien. ¿Nuestros niños pensarán que está bien que toquen su área privada? ¿Lo encontrarán divertido?”, se inquietó la mujer.
Posteriormente, McManis lanzó una petición a través del portal Changes.org, opinando que la inadecuada ubicación del botón puede causar efectos negativos en la salud mental y física de los infantes.
Por su parte, Julie Duffy, líder global de comunicaciones de Hasbro, aseguró que la empresa reemplazaría las muñecas por otras de valor similar, pero con el sensor ubicado en otro lugar, a quienes las adquirieron. Explicó además, que ese botón fue diseñado para funcionar cuando la Puppy estuviera sentada, pero que la empresa reconocía que la ubicación del mismo pudiera percibirse como inapropiada.
El consumidor cada vez es más crítico y no perdona desaciertos o malas estrategias de mercadeo, sobre todo cuando se trata de sus hijos, tal y como sucedió con la reciente campaña Regreso a Clases de El Corte Inglés (lea también La peligrosa “vuelta al cole” de El Corte Inglés). El cliente exige y se respalda con argumentos que en ocasiones podrían considerarse exagerados, pero argumentos al fin. Y las marcas no pueden pasarlos por alto y ofrecer simplemente productos atractivos sin una oferta de valores agregados que satisfaga la demanda de este nuevo e inflexible consumidor.
Look at this Trolls Poppy doll. It gasps and giggles when you push the button on its private area. They’re conditioning our children to think pedophilia is ok. To make them think when someone touches your private it should be fun It’s not ok!
Sign https://t.co/vCoVocr4y9 pic.twitter.com/g9DWPCzWKE— Jessica McManis (@JessiMcmanis) August 5, 2020
PUBLICADO: 26 de agosto de 2020