Es verdad que Venezuela vive una terrible debacle, pero no puede decirse que no haya negocios. Eso puede constatarse fácilmente. Basta con hacer un recorrido en automóvil desde Prados del Este hasta Petare, a través de la Autopista Francisco Fajardo. Hoy hay tanta publicidad exterior como antes, pero –claro- los anunciantes son muy distintos.
Cuando uno viene por esa inmensa autopista, a nivel del Hotel Tamanaco Intercontinental, comienza a reventar el portento del cerro el Ávila en el horizonte. Pero en ese punto específicamente hay una gran profusión de vallas publicitarias.
Sobresale, en primer término la gran pantalla lumínica que se atisba sobre el Paseo Las Mercedes. Desde licores hasta ropa, se llega a una inmensa valla de El Show de George Harris, un comediante venezolano que triunfa en los Estados Unidos. Asimismo, cierto cirujano plástico ofrece sus servicios desde el flanco que mira hacia Las Mercedes.
Un poco más allá topa uno con el emblemático CCCT, y se constata cómo donde antes se veía en las Navidades un gran Santa Claus de luces, hoy figuran varas vallas lumínicas por todos los flancos del edificio, con la de los creyones marca Koress como protagonista. Otras vallas anuncian series de TV y accesorios para viajes.
Desemboca uno en la vía del aeropuerto La Carlota y otea hacia la subida de Altamira la Torre Xerox. Allí la marca de ron Cacique ha hecho rotular el edificio con su más reciente lanzamiento. El Cacique Sabor a Vainilla, que tiene la cualidad de venir empaquetado en una botella azul. No faltan las paradojas. Sobre el tramo que está un poco más atrás, en sentido oeste, puede verse una gran valla de la Misión Zamora.
La fe mueve millones
En tiempos de colapso, dicen que la fe mueve montañas, y tal vez mueva millones. Rebasado el puente que conecta la autopista con la avenida Luis Roche, descolla a la izquierda una gran valla con el rostro del doctor José Gregorio Hernández, una devoción acendrada del venezolano promedio.
Cuando se va llegando al Parque del Este, reverbera bajo el impío sol caraqueño la Esfera de Caracas, emblemática obra del maestro Jesús Soto que nos anuncia la proximidad de la barriada más grande y peligrosa de América Latina: Petare. Allí todavía sigue la publicidad exterior, esta vez con una valla que anuncia un novedoso sistema de comunicación con la China.
Ahora bien, Caracas es una ciudad en la cual a veces es bueno ir en carro, y otras tantas lo mejor es moverse como un simple peatón. Digamos que uno se decide a dejar estacionado el automóvil en algún sitio de El Marqués y tomar un buseta de vuelta hacia Prados del Este, e incluso hacer un trecho caminando. Bueno, ese bus –que se toma allí mismo en el conocido Unicentro El Marqués- nos dejará ver otro tipo de publicidad exterior, direccionada a un target muy distinto.
En la avenida Río de Janeiro, se verifican pequeñas “chupetas” que anuncian ópticas de menor escala, cuyo público objetivo es el peatón que vive o trabaja por esa misma zona. Algunas extravagancias: en la esquina del Laboratorio Nolver (donde antes quedaba la sede de Supercable) se ve derruida la pequeña valla de Doctor Diablo, un viaja compañía de cobranzas que ya no existe. También una valla de cierto doctor que ofrece ayuda para adelgazar y dejar de fumar.
Llegamos de nuevo a la zona del CCCT, pero esta vez en bus. Decidimos seguir de vuelta caminando, y nos quedamos en el Centro Venezolano Americano (CVA), justo al final de la avenida principal de Las Mercedes.
A lo largo de toda la avenida principal de Bello Monte, que finalmente lleva hasta la Universidad Central de Venezuela, puede verse una curiosa pero muy original de las tiendas Traki. Cada poste de luz lleva colgado un pendón de tela, con el slogan de la marca (¡Engánchate!) y una foto de un modelo que viste ropa del retail. Se trata de un casting más bien económico, y en el pie de cada pendón están las señas de redes sociales de la marca.
Caminando por Caracas
Se va a caer en la Torre Cantv-Movilnet. Decidimos tomar un ascensor y llegar hasta uno de los pisos más elevados, desde donde puede verse de nuevo la Autopista Francisco Fajardo. Desde allí, se visualiza el estadio Universitario, y hay una sorpresa que no es casualidad, sino publicidad bien pensada: la gran pizarra electrónica del estadio donde se dan los mejores juegos de nuestros béisbol está patrocinada por tiendas Traki, cuyo logo figura tres veces en ristra sobre la pizarra.
Justo al lado, otra gran valla publicitaria, sobre la zona de Plaza Venezuela: la marca de detergentes Clic ha echado mano nada menos que de César Miguel Rondón para promoverse entre sus potenciales compradores.
Allí mismo, en el piso 10 de la Torre Cantv-Movilnet, también hay ángulo para ver otros tramos de la autopista: El ex pelotero Potro Álvarez anuncia su single “Ojitos” en colaboración con Sixto Reix y Farruco. Se trata de una canción de Reguetón. Y hay más fe cristiana: una valla vertical deja ver a San Miguel Arcángel (quien según la Biblia libró una batalla con el Diablo y la ganó), y en otra al Jesús de la Divina Misericordia, muy cerca de una valla que anuncia el nuevo Samsung Galaxy.
Sobre la fuente de soda Crema Paraíso la política también ha entendido que los mass media lo son todo en estos tiempos: una inmensa valla nos dice “Liberen a Leopoldo”, con la cara de Leopoldo López estampada en un juego de colores.
Todo esto nos habla de la nueva Venezuela. Es cierto que la crisis económica que atravesamos ya ha sido ponderada por el FMI como una de las peores en los últimos 50 años, y la revista británica The Economist ha dicho incluso que se acerca a ser de las peores de la historia, pero parece que alguien dijo “el show debe continuar”. Los anunciantes lo saben. Y la publicidad exterior es el claro reflejo de ello. Crisis tenemos. Y negocios también. La publicidad habla por sí sola.
PUBLICADO: 26 de septiembre de 2018