Estados Unidos ha cerrado una puerta más a las ya escasas posibilidades de financiamiento que tiene el gobierno de Venezuela, al imponer nuevas sanciones dirigidas a prohibir las transacciones con oro venezolano en los mercados internacionales.
La información vino, esta vez, de una fuente inusual, el asesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, John Bolton, quien no precisó detalles sobre cómo aplicaría esta nueva restricción, salvo que queda expresamente prohibido a ciudadanos y empresas estadounidenses, así como sus relacionados comprar y vender instrumentos apalancados en oro producido en el país.
Sin embargo, el texto del decreto, cuyos detalles se reproducen a partir de varios despachos de agencias internacionales, apunta que la norma castiga las operaciones consideradas ilícitas o vinculadas con presunta corrupción. Condena la degradación ambiental y la minería ilegal en Venezuela la mala gestión económica y prácticas industriales, así como las "regulaciones confiscatorias", aplicadas a la producción del mineral.
La norma sanciona a personas naturales y jurídicas en cuatro supuestos:
-Se enajena “toda propiedad e intereses en propiedad de cualquier persona que determine la Secretaría del Tesoro, en consultas con el Secretario de Estado”, se entiende que vinculada con el comercio de oro producido en Venezuela.
-Se prohibe la operación directa “en el sector del oro de la economía venezolana o cualquier otro sector de la economía” venezolana. Se entiende que se trata de operaciones consideradas ilícitas.
-Prevé sanciones para los “responsables o cómplice, o que estén involucrados directa o indirectamente, en cualquier transacción o serie de transacciones que impliquen prácticas engañosas o corrupción, con el Gobierno de Venezuela o en proyectos o programas administrados por el Gobierno de Venezuela“.
-Será sancionada cualquier persona o empresa que haya “asistido materialmente, patrocinado o proporcionado apoyo financiero, material o tecnológico” para realizar operaciones internacionales con oro producido en Venezuela.
Conviene recordar que el nuevo White Paper del criptoactivo-unidad de cuenta creado por el gobierno venezolano, el Petro, hubo una reforma que amplía la garantía del instrumento a reservas de oro, diamante y hierro, además de petróleo, por lo que se puede inferir que la idea es impedir que se hagan operaciones con este instrumento en el exterior, justo cuando el gobierno se plantea hacer negociaciones en Petros con proveedores internacionales.
Igualmente, se han denunciado movimientos de oro producido en el Arco Minero al exterior, a través de Turquía, por medio de los cuales el gobierno del presidente Nicolás Maduro pudiera estar obteniendo recursos. Estados Unidos ha hecho seguimiento a estas operaciones, tal como lo reconoció en declaraciones recientes el subsecretario del Tesoro, Marshall Billingslea, quien indicó que su gobierno está alerta por las salidas de oro venezolano, “porque no queda nada que robar en Pdvsa. Hemos visto un cambio dedicado al saqueo de este recurso nacional en particular, el oro”.
El funcionario estableció con claridad que el gobierno turco, aliado político de la administración Maduro, opera como transformador y dealer del mineral precioso extraído en Guayana. El gobierno venezolano reconoce que existen acuerdos para procesar oro venezolano en Turquía. El Banco Central de Venezuela ha adquirido, supuestamente, unas 22 toneladas del mineral, sacadas del Arco Minero, pero no se tiene noticia de cuántas han salido con destno al país de Europa Oriental.
Nicaragua y Cuba entran en el juego
Según el asesor Bolton, quien declaró desde Miami, el gobierno de Trump se propone ampliar esta estrategia de sanciones a Cuba y Nicaragua, pues para Washington, estas naciones, junto con Venezuela, componen una "troika" que promueve "la opresión, el totalitarismo y la dominación".
Según ha trascendido de diversas fuentes, la política del mandatario estadounidense frente a estos tres países será coordinada y se espera que el ex embajador en Venezuela, William Brownfield, se encargue de manejar esa estrategia.
Brownfield es un diplomático con amplia experiencia en América Latina. Fue embajador también en Chile y Colombia. Además, tiene relaciones con la alta jerarquía del chavismo y el gobierno, pues conoció bien al ex presidente Hugo Chávez y coincidió durante un año con el actual presidente Maduro cuando este fue Canciller de la República.
No obstante, hay que precisar que esta misión de Brownfield no está confirmada.
PUBLICADO: 01 de noviembre de 2018