La inflación mensual de febrero, medida por la empresa de consultoría económica y financiera Ecoanalítica, puede cerrar en niveles de entre 50% y 60%, lo que representa una importante desaceleración del incremento de los precios, pero esto no es sostenible y, posiblemente, en los próximos meses regresarán los incrementos mensuales superiores a 100%, según el economista Asdrúbal Oliveros.
El socio-director de la firma señaló, en el programa matutino del periodista Román Lozinski, que esta desaceleración puntual se produce como resultado de la agresiva restricción de liquidez en el sector privado, y especialmente en la Banca, que ha producido la política de incremento del encaje legal, que ha tenido una incidencia adicional en la ya estructural contracción del consumo de bienes y servicios.
"La gente ya no está comprando, y eso hace que en los supermercados los aumentos de precios sean menos intensos en febrero, pero se trata de un fenómeno momentáneo, no es sostenible en el tiempo, porque no han cambiado las condiciones estructurales de la economía, y no parece posible que cambien, porque en las condiciones políticas que se encuentra Nicolás Maduro, eso no es posible; entre otras cosas, porque tiene todos los incentivos para generar más bonos sin respaldo e incrementar dramáticamente la liquidez, porque no se puede dar el lujo de perder la escasa base social que le queda", apuntó Oliveros.
Un elemento concreto que podría explicar la contracción de consumo más evidente es que la Banca ha debido frenar el crecimiento de las líneas de financiamiento con tarjetas de crédito y los límites ya están quedando muy rezagados frente al crecimiento de la inflación. Sin duda, esta es una manera muy perversa -aparte de insostenible- de contener el crecimirento tanto de la oferta como de la demanda.
"Estamos peor"
En el contexto de la conmemoración de los sucesos de violencia desatada y saqueos que se produjeron en Caracas y otras ciudades del país los días 27 y 28 de febrero de 1989, hace ya tres décadas, el economista Asdrúbal Oliveros señala que, indudablemente, el país ha retrocedido.
Cuando el fallecido ex presidente Carlos Andrés Pérez lanzó su estrategia de liberalización de la economía -nada radical, por cierto- en un programa de ajuste que se conoció como "El Gran Viraje", las condiciones macroeconómicas no eran en absoluto comparables con las actuales. Para Oliveros, Venezuela vive un retroceso histórico sin precedentes.
"Hemos llegado al punto de que el país necesita entre USD 100.000 y USD 150.000 millones, en por lo menos cinco años, solo para recuperar el Producto Interno Bruto que se ha perdido en este período", apunta el economista.
Para Oliveros, el país no necesita un programa de ajuste ortodoxo, sino, por el contrario, una estrategia urgente de crecimiento económico que no siga retando la capacidad de resiliencia de los empresarios, sino que genere estímulos para que se restablezca tejido empresarial para generar más oferta y, por ende, impulse también la demanda.
El economista reconoce que hay que ajustar de manera ordenada los precios rezagados, especialmente los de los servicios públicos, no por asegurar una eventual rentabilidad, sino para garantizar su sostenibilidad; sin embargo, cualquier estrategia de ajuste debe atender a la precariedad social y la necesidad de gobernabilidad de un eventual proceso de transición.
PUBLICADO: 27 de febrero de 2019