Los apagones que ha sufrido Venezuela desde principios de marzo incidieron de forma importante en la contracción económica estimada para el país en 2019 por la firma de análisis económico Torino Economics. Los analistas actualizaron su proyección del Producto Interno Bruto a una caída de 37,4%, profundizada además por la expectativa de una menor producción petrolera y una mayor caída en las importaciones.
La firma consultora advierte que, debido a la ausencia de información exacta sobre la magnitud de las interrupciones, los resultados de su análisis deben ser interpretados con precaución y sus cálculos considerados como un límite inferior de los efectos reales.
Torino estima, con base en fuentes secundarias – principalmente datos de acceso a Internet – que el segundo gran apagón, que inició el 25 de marzo, duró en promedio a escala nacional unas 76 horas. Esta interrupción fue seguida de tres suspensiones más cortas, que duraron hasta 6,3 horas en promedio. Esto suma 200 horas promedio sin servicio eléctrico o el equivalente a 8 días.
Las estimaciones de Torino Economics, además, toman en cuenta la estacionalidad, es decir, si los apagones se produjeron en días laborales y dentro de horarios productivos. Los cálculos también incluyen algunas pérdidas permanentes.
Torino Economics toma como base un escenario intermedio en el que la crisis persiste por lo que queda de 2019, pero no con la misma frecuencia de marzo. “Para este escenario, esperamos que los cortes o el racionamiento conlleven a una pérdida promedio de 2,96 días de energía eléctrica al mes durante los próximos 6 meses".
"Las pérdidas monetarias resultantes, incluyendo las interrupciones de marzo, alcanzarían los USD 5,51 millardos o 6,38% del PIB de Venezuela en 2018", concluye.
Las pérdidas permanentes
La primera de las pérdidas permanentes es el resultado de las obstrucciones en el sistema de ductos de la Faja del Orinoco, producto de que el petróleo pesado se solidificó dentro de ellos durante los períodos en los que no había servicio eléctrico. “Esto ha resultado en un cuello de botella para la producción que se espera reduzca el bombeo de esos campos en 400.000 barriles diarios durante varios meses”, indica la firma. Torino Economics calcula que este problema tomará 90 días en resolverse, pero señala que otros especialistas consideran que el lapso podría ser aún mayor.
La segunda gran pérdida se produjo en la producción de aluminio de las empresas del Estado Alcasa y Venalum. Con estos factores incluidos, indica Torino Economics, las pérdidas durante el mes de marzo totalizan una cifra por el orden USD 2,9 millardos, lo que equivale a 3,3% del PIB. Sin embargo, el impacto no se detiene.
“Desde nuestro punto de vista, los apagones son generados por los efectos de largo plazo de la mala administración y la poca inversión en la industria petrolera, a lo que ahora se suman las sanciones de Estados Unidos, los cuales han restringido directa o indirectamente el acceso a los combustibles y maquinaria necesaria, como generadores y transformadores. Dado que estos factores siguen presentes, esperamos que los apagones continúen”, advierte.
El Racionamiento
La firma destaca los efectos del sistema de racionamiento eléctrico anunciado recientemente por el gobierno. El cronograma especifica cortes diarios de tres horas en el servicio por un promedio de 5,9 días a la semana, dado que algunas regiones solo tendrán 5 días de racionamiento y otras 6 o 7. Las pérdidas por este régimen de distribución de cargas se estiman en USD 439 millones o 0,51% del PIB.
No obstante, advierte Torino Economics, estos números pueden estar sobreestimados, ya que la literatura existente sobre el tema revela que cuando los apagones son anunciados los agentes económicos se planifican para evitar pérdidas. Esto cobra especial relevancia si se toma en cuenta que el interior del país ya experimenta interrupciones itinerantes del servicio desde 2010, por lo que existe un conocimiento adquirido en cuanto a prevención.
Aún así, la consultora reitera que sus estimaciones deben ser interpretadas como el límite inferior de los posibles efectos de la crisis, dado que asume que no se producirán más apagones imprevistos y que los problemas de la infraestructura eléctrica podrán ser solucionados con prontitud. “El racionamiento sostenido esencialmente implicaría que la pérdida de USD 439 millones persistiría como una pérdida mensual. Y, si la crisis se profundiza, lo cual es un escenario razonablemente plausible, el impacto sería mucho mayor”, indica.
La dimensión de una crisis
Los analistas de Torino Economics se cuidan de proyectar el impacto de la crisis eléctrica, con racionamiento o "plan de administración de carga" incluido, con una sobrecarga de pesimismo, pero los primeros días de aplicación de este plan muestran que este escenario puede quedar como una estimación optimista. Para comenzar, el pasado 10 de abril se produjo un nuevo apagón que afectó a 17 estados, y, según diversos reportes, hay por lo menos ocho regiones que reciben electricidad como una excepción. La situación de Zulia y Táchira es especialmente dramática, con promedios de suministro por debajo de las 8 horas diarias.
Para que se tenga una idea del impacto letal que podría llegar a tener la precariedad del sector eléctrico, la Comisión Económica para América Latina (Cepal) -un organismo históricamente insospechable de inclinaciones liberales- acaba de estimar un crecimiento inferior a 2% del PIB para la región, y la destrucción económica que ocasionaría que esta situación continúe sería superior al 5,5% de expansión del PIB que la entidad proyecta para República Dominicana, el país que más debería crecer en el vencindario sub regional al cierre de este año.
Venezuela es un país con una larga depresión económica y una hiperinflación que ya se ubica entre las 15 más largas de la historia contemporánea, y subiendo en el ranking, por lo que la crisis eléctrica significa una pesada losa para la fosa económica y social que parece no tener un piso.
El tema fundamental es que el discurso oficial no transmite confianza en que la crisis tendrá una solución adecuada, por lo que habrá que prepararse para esperar lo peor.
Por: AJP
PUBLICADO: 12 de abril de 2019