El Fondo Monetario Internacional se puso "optimista" con Venezuela en su más reciente informe de Perspectivas de la Economía Mundial, ya que apunta que de una caída de -18% del PIB este año -en línea con la estimación del Banco Mundial-, el país pasará a una contracción -5% en 2019.
No queda claro qué espera el FMI que pase para que Venezuela, sin llegar al terreno positivo, recupere capacidad de producir bienes y servicios como para tener semejante desaceleración de la caída el próximo año, máxime cuando el ente multilateral ha reevaluado a la baja sus proyecciones sobre las economías de América Latina, tanto en 2018 como en 2019.
El FMI elevó su proyección de inflación para Venezuela desde 1.000.000% hasta 1.350.000% para este año, pero establece que el aumento de los precios en el país puede ser de 10.000.000% en 2019, como resultado de una mayor emisión de financiamiento inorgánico de un enorme déficit fiscal y la "pérdida de confianza" en la moneda. Nada que sorprenda si se considera que el propio gobierno de Nicolás Maduro pretende dejar de lado al bolívar como moneda convertible a escala internacional.
El FMI igualmente apunta que el país tendrá un déficit de cuenta corriente equivalente a 6,1% del PIB en 2018 y de 4% en 2019. La tasa de desempleo abierto se proyecta en 34,3% en 2018 y 39% en 2019.
Como Venezuela ya parece un caso perdido y posiblemente el FMI desconsolide las cifras del país para tener una ponderación más ajustada del comportamiento del resto de la región, las preocupaciones más relevantes del Fondo son Argentina y Brasil.
La economía argentina caerá -2,6% este año y -1,6% en 2019, según el ente multilateral, lo que significa un cambio de signo con respecto a las proyecciones de julio, cuando el organismo sostenía una expansión de 1,8% en 2018 y de 2,9% en 2019. Esto se llama pesimismo.
Hay que recordar que el FMI ha aprobado un plan de apoyo financiero para soportar la debilísima balanza de pagos argentina de USD 57.100 millones. Si estas son las proyecciones, así debería ser el ajuste.
Para Brasil, el Fondo pronostica un crecimiento de 1,4% en 2018 y 2,4% en 2019, lo que significa reducciones de menos de 0,5% en las expectativas de expansión en comparación con el reporte de junio
PUBLICADO: 09 de octubre de 2018