La situación del sector eléctrico podría regresar a los niveles críticos de 2016 durante el próximo año, puesto que se pronostica una fuerte temporada seca que, en las condiciones actuales de la infraestructura de generación y distribución, obligaría a sobreutilizar los sistemas de producción hidroeléctrica, lo que elevaría el ya muy vulnerable estado del sistema eléctrico nacional.
La información fue suministrada por el ingeniero Winston Cavas, presidente de la Asociación Venezolana de Ingenieros Eléctricos, Mecánicos y Profesiones Afines (Aviem), quien recordó que para enfrentar la crisis potenciada, pero no causada, por el fenómeno "El Niño", se forzaron los sistemas de la Central Hidroeléctrica "Simón Bolívar", lo que originó que se dañaran 20 turbinas del sistema, de las cuales nueve aún siguen inoperativas.
El ingeniero advierte que las ciudades más pobladas del país se encuentran en una situación estructural de vulnerabilidad eléctrica, puesto que dependen en un alto grado de un Sistema Interconectado Nacional cada vez más débil, porque no se le da el mantenimiento adecuado y hay graves rezagos en materia de inversión, especialmente en repuestos y tecnología.
De acuerdo con un reporte reciente, obtenido por PRODUCTO, del Grupo "Ricardo Zuloaga" -un think tank especializado en energía eléctrica, donde participan profesionales de amplia trayectoria en el sector- el sistema eléctrico funciona con una disponibilidad de apenas 34% de la capacidad nominal instalada, que se estima en 36.732 megavatios (MV), de los cuales la capacidad promedio disponible llega a solo 12.500 MV.
En este sentido, Venezuela es particularmente vulnerable frente a las condiciones climáticas, porque la única fuente que puede asegurar que haya algo de energía en el país es la hidroeléctrica, donde hay 16.905 megavatios de capacidad instalada, de los cuales están disponibles 9.900, básicamente provenientes del sistema Guri.
En el segmento de generación termoeléctrica, existe una capacidad instalada de 19.731 megavatios, de los cuales solo están disponibles 2.600 MV.
La demanda en picada
La situación del sector eléctrico no es solo crítica por el lado de la oferta, sino también por el de la demanda. Como resultado de la depresión económica en la que vive el país, el consumo de electricidad ha caído de 18.696 megavatios en 2013, a una estimación de 13.600 MV en 2018; es decir, una variación de -27%.
De acuerdo con el Grupo "Ricardo Zuloaga", el crecimiento interanual de la demanda eléctrica entre 1998 y 2018 ha sido de apenas 1,12%, mientras que el mismo indicador entre 1969 y 1998 arroja una expansión de 8,13% interanual. No debe dejar de recordarse que entre 2004 y 2009, Venezuela se benefició de un boom de precios petroleros, con una producción que, en términos generales, duplicaba a la actual, que va en bajada.
Según los expertos del Grupo, si se produjera un cambio de orientación política en el gobierno y se tomaran las medidas adecuadas para comenzar a reponer la capacidad no disponible de generación eléctrica, el país podría soportar un crecimiento promedio interanual de 10% en el consumo de electricidad, que sería suficiente para respaldar un amplio programa de recuperación de la economía.
Sin embargo, los especialistas advierten que no solo hay que trabajar en la recuperación de los sistemas de generación, sino que es aún más urgente resolver las fallas importantes que existen en las redes de distribución, una infraestructura que, según el Grupo, está en peligro de "implosión".
Un indicador clave para entender la magnitud de este problema es el Tiempo Promedio de Restitución del Servicio (TPR) después de una avería. El TPR para el sistema de distribución pasó de un promedio de 4,9 horas en 2009, a 56,6 horas en 2018. En 1998, este promedio era de 30 minutos.
Hay que acotar que se trata de un promedio estimado a partir de fallas graves que pudieran afectar a un alto porcentaje de la red; sin embargo, hay estados del país, especialmente en el extremo occidental que han experimentado apagones casi constantes y prolongados, debido a fallas que tardan mucho tiempo en ser atendidas o se carece de los recursos técnicos para resolverlas.
PUBLICADO: 16 de noviembre de 2018