Uno de los elementos más complejos de la transición hacia una economía más ecológica es el reciclaje de los productos plásticos, un material no biodegradable que, sin embargo, forma parte de la vida cotidiana de prácticamente todos los seres humanos en la actualidad.
El plástico fundamenta su dominio en elementos como comodidad, salubridad y economías de escala; no obstante, su daño potencial a los ecosistemas es enorme. "Según diversos estudios, de los 335 millones de toneladas promedio que se producen al año, 8 millones de toneladas terminan en los mares y océanos hasta el punto de formar verdaderas islas flotantes de desperdicios", señala una nota del portal Merca2.0.
Un reporte reciente de Naciones Unidas estima que, en los próximos cinco años, la producción de plásticos se elevará a una tasa de 10% interanual, y el uso del material se intensificará en países más pobres, ya que en las naciones más desarrolladas va calando la idea de su carácter nocivo para el ambiente. Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cada minuto se consume 1.000.000 de botellas plásticas en el mundo y 50% de la producción de este material está diseñada para usar y desechar.
De hecho, empresas como Coca-Cola están lanzando campañas publicitarias para fomentar el uso retornable de los envases, en función de limitar la demanda de estos productos; no obstante, hace falta una posición más concreta para enfrentar el problema.
En consecuencia, 250 empresas entre las cuales se encuentran poderosas multinacionales que concentran la producción del 20% de los envases plásticos a escala internacional, alcanzaron un acuerdo histórico para crear la iniciativa New Plastics Economy Global Commitment -Compromiso Global por una Nueva Economía del Plástico- cuyo objetivo es que 100% de sus productos plásticos puedan ser reutilizados para 2025.
Se trata de establecer un proceso de economía circular para eliminar la utilización de aquellos envases y empaques plásticos que no sean realmente necesarios, al tiempo que se reforzará un modelo para reutilizar los productos, precisa la nota citada.
Los responsables de la iniciativa
Las organizaciones corporativas que firmaron este compromiso, que trae consigo la obligación de generar planes de acción inmediatos, o de reforzar las iniciativas ya existentes, son algunas de las compañías más reconocidas a escala mundial, como Coca-Cola, Danone, Inditex, Nestlé, H&M, L’Oréal, Unilever o Carrefour, pero también se sumaron grandes productoras de paquetes y envases plásticos, como Amcor o Novamon.
Este compromiso, cuya negociación ha sido muy compleja, fue una iniciativa de la Fundación Ellen MacArthur y la ONU, durante la conferencia Our Ocean 2018 que se realizó en Bali después de ser avalada por el Foro Económico Mundial The Consumer Goods, 40 universidades, aparte de numerosas instituciones y académicos.
Sin embargo para otros organismos como Greenpeace, esta propuesta no es suficiente pues alegan que reciclar y reusar no basta y que lo que se necesita es reducir la producción y uso de plásticos de forma sustancial a escala mundial.
La Fundación Ellen MacArthur promueve el desarrollo de un modelo de Economía Circular que se define como la reutilización de los materiales contaminantes como elemento obligatorio y funcional en los procesos productivos (Ver videos)
PUBLICADO: 31 de octubre de 2018