En un acto aleccionador de combate a la corrupción, como parte de la operación Lava Jato, iniciada hace 2 años por sobornos en el caso Petrobras, el Museo Oscar Niemeyer de Curitiba, Brasil, muestra al público obras de arte por valor multimillonario que la Justicia incautó en domicilios de políticos y empresarios corruptos. La nota fue publicada por el diario La Nación, de Buenos Aires.
La primera expo fue en abril de 2015. Hasta ahora más de 75 mil personas han disfrutado de tres exposiciones distintas. La actual presenta 26 obras, entre ellas un Miró. Pero el total confiscado es de 272 entre pinturas, dibujos, fotografías y esculturas. Hay autores brasileños clásicos como Emiliano Di Cavalcanti, Tarsila do Amaral, Heitor dos Prazeres y Alberto da Veiga Guignard. Otros más modernos como Iberé Camargo, Helio Oiticica, Amilcar de Castro, Alfredo Volpi y Cicero Dias. Pero más destacan los Picasso, Dalí, Miró o Renoir, de valor multimillonario.
Las obras fueron compradas para lavar dinero fruto de la enorme corrupción del caso Petrobras, que hoy tiene en jaque al gobierno de Dilma Rousseff, porque la enorme irritación popular sacó el pueblo a la calle y predispuso a los partidos opositores a pedir el “impeachment” que puede acabar con el Gobierno, por segunda vez en la historia de Brasil (el primero fue Fernando Collor de Melo, en 1992).
Una vez termine la operación Lava Jato, la justicia federal decidirá cuál será el destino de estas piezas, pero la directora del Museo dijo que le gustaría incluirlas en su acervo. Pese a su alto valor artístico y económico, estas obras son apenas la punta del iceberg de todo lo rescatado por la operación Lava Jato, que investiga una red de desvíos y sobornos por unos 2000 millones de dólares. A través de los acuerdos de colaboración con enjuiciados “arrepentidos”, las autoridades judiciales y policiales han logrado recuperar 821 millones de dólares para las arcas públicas.
De ese monto, 186 millones fueron repatriados de cuentas bancarias en el exterior -en Suiza y otros paraísos fiscales-, y el resto en bienes bloqueados y confiscados a los condenados en Brasil. Se trata de la mayor recuperación de dinero para el Estado en la historia del país, y una forma muy concreta de cambiar la cultura de impunidad frente a la corrupción.
PUBLICADO: 27 de abril de 2016