Confiables o no, las proyecciones del Fondo Monetario Internacional condenan a Venezuela a padecer, al menos, 6 años de hiperinflación, pues en su análisis de mediano plazo, el ente multilateral indica que en 2023 los precios aumentarán 10.000.000%. Si esta proyección catastrófica se cumple, Venezuela se convertirá en el caso más largo de la historia.
El ente multilateral proyecta que este año la inflación será de 2.500.000%, y a partir de 2019 el FMI, más que hacer una proyección concreta sobre el comportamiento de los precios en años específicos, instala una tendencia fija de 10.000.000%.
La hiperinflación más larga de la historia hasta ahora se produjo en Nicaragua y duró 58 meses entre junio de 1986 y marzo de 1991.
La mayoría de los economistas que analizan la situación venezolana apunta que hacer proyecciones específicas sobre el comportamiento de los precios es como jugar lotería. Las posibilidades de acertar un número específico son prácticamente remotas.
Lo que indican las proyecciones del FMI es que los analistas del ente multilateral no esperan que en Venezuela se produzca un cambio de orientación económica en el corto plazo, y, aparentemente, tampoco un cambio político que reoriente la situación, con un plan de ajuste macro y microeconómico creible y sensato.
Las medidas anunciadas por el gobierno en agosto pasado no han surtido efecto alguno contra la hiperinflación que ya lleva casi un año instalada en el país; de hecho, el presidente de la Confederación de Industriales de Venezuela (Conindustria), Juan Pablo Olalquiaga, declaró que los precios han aumentado un promedio de 900% desde que se anunció el plan de recuperación del Ejecutivo Nacional.
El asunto es que mientras más tiempo de hiperinflación se acumula, los efectos sobre la economía son más devastadores. La imposibilidad de obtener una rentabilidad razonable con costos estables, ha hecho que, según Conindustria, la planta empresarial venezolana se haya reducido de 12.700 empresas, en 1999, a 3.200 compañías.
Además, el titular de Conindustria subrayó que, en promedio, las compañías trabajan a 23% de su capacidad instalada, por lo que, en términos absolutos, el aparato productivo ha perdido 94% de su capacidad productiva en 19 años. Hoy el volumen de producción representa 6% del que existía en 1999.
PUBLICADO: 04 de noviembre de 2018