El economista Asdrúbal Oliveros, socio director de Ecoanalítica, informó, a través de su cuenta de Twitter (@aroliveros) que se registró una conferencia entre funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco central de Venezuela (BCV), en la cual el ente multilateral exigió la remisión de cifras actualizadas sobre el desempeño macroeconómico del país, antes de este 30 de noviembre, o procedería a establecer sanciones contra el gobierno venezolano.
Oliveros apuntó que dichas sanciones podrían llegar a la expulsión del organismo multilateral, lo que acarrearía graves consecuencias para el riesgo financiero de Venezuela.
Como se recordará, el ex presidente Hugo Chávez manifestó su voluntad de retirar a Venezuela del Fondo, pero esta decisión no se concretó. Lo que sí ha hecho Venezuela es retirar un número importante de Derechos Especiales de Giro (DEGs) del FMI para financiar necesidades de caja. Según se publicó, a finales de septiembre pasado, el país ha sacado más de 80% de sus posiciones depositados en el Fondo.
Esta práctica se convirtió en peligrosamente frecuente a partir de 2015. Los DEG son títulos fiduciarios que funcionan como una especie de moneda supranacional creada por el FMI y que se negocia en divisas con el mismo organismo o con otros bancos centrales.
El valor de estos instrumentos depende de una canasta de monedas compuesta por el dólar, euro, yen, yuan, libra esterlina y franco suizo. En enero de este año, Venezuela utilizó parte de sus DEG para pagar una deuda de compensación comercial con Brasil.
Las relaciones de Venezuela con el FMI se encuentran en un estatus básico, ya que el país no cumple con normas fundamentales, como la remisión periódica de sus cifras económicas, no asiste a las reuniones del organismo, ni permite las visitas de carácter obligatorio que el organismo hace para certificar la solidez de las balanzas de pagos de sus integrantes.
No es la primera vez que el Fondo demanda a Venezuela el cumplimiento de estas obligaciones, y puede ser que la actitud del gobierno siga siendo ignorar los requerimientos, a la espera de convertir en una herramienta de propaganda cualquier sanción del ente multilateral; sin embargo, un país en las graves condiciones financieras de Venezuela se ganaría enormes complicaciones si, en una situación de default, no cuenta con la posibilidad de acudir al FMI.
Esto es importante, porque prácticamente todos los economistas que han hecho análisis independientes de la situación financera del país coinciden en que una recuperación será prácticamente imposible si el gobierno no admite la supervisión del FMI y un eventual apoyo financiero a la balanza de pagos, porque sería una forma contundente de darle credibilidad a cualquier estrategia de recuperación.
PUBLICADO: 09 de noviembre de 2018