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Goodyear se va del país y prohíbe que se siga usando su marca en el mercado local

El sector de fabricantes de cauchos en Venezuela se va quedando despoblado. Luego de la partida de Pirelli, que vendió su planta de Valencia al empresario Carlos Gill Ramírez, quien ya controlaba la operación de Bridgestone-Firestone, ahora se va Goodyear.

La empresa emitió un comunicado a sus trabajadores, en el cual anuncia la decisión e informa que procedió al pago de las prestaciones sociales correspondientes a sus empleados en el país; además les ofreció un bono compensatorio en efectivo y la entrega de 12 cauchos a cada uno, se presume que como un mecanismo de liquidación del inventario.

Según el portal de El Carabobeño, representantes del Ministerio del Trabajo dialogaron con trabajadores y directivos de la empresa, debido a que el sindicato niega que se hayan cancelado las prestaciones a los empleados, como lo indica la compañía.

En el comunicado, la empresa deja en claro que nadie queda autorizado para explotar su marca en el país. Según fuentes laborales, la empresa tenía más de tres años con una producción inferior a 20% de su capacidad instalada, por lo que la decisión no sorprende a nadie.

Se espera que el gobierno declare la intervención de la planta y proceda a su ocupación, un hecho que el comunicado de la empresa deja por sentado, al señalar que no se puede utilizar su denominación comercial en el mercado local.

La empresa contaba con aproximadamente 1.000 trabajadores, pero un número indeterminado se encontraba en sus casas por la suspensión de turnos, causada por la escasez recurrente de materia prima para producir. La nómina queda en una situación laboral "incierta", dicen varios medios locales, pero lo cierto es que la continuidad laboral depende de la decisión que ahora tome el gobierno.

La empresa oficialmente no ha dicho nada a la opinión pública, ni hay pronunciamiento de su casa matriz. Sin embargo, el hecho de que haya hecho mención específica del uso de su marca, sugiere que está dispuesta a realizar acciones penales si el gobierno reactiva la planta y produce cauchos con su denominación.

El mercado de cauchos queda reducido a su mínima expresión. Hace una década, el sector producía un promedio de 8 millones de unidades por año, y ahora se llegaba a un 10% aproximadamente de esa cantidad, según datos extraoficiales.

Como se recordará, Pirelli, luego de varias suspensiones, decidió, en septiembre pasado, vender su planta al consorcio Sommers International, propiedad de Carlos Gill Ramírez, presidente de la Junta Directiva de Corimon y propietario de la planta de Bridgestone-Firestone en Valencia, que es prácticamente la única factoría cauchera que queda en pie.

 


PUBLICADO: 10 de diciembre de 2018