Pese a la indignación de residentes y cardenales, un controvertido restaurante de comida rápida de McDonald’s abrió sus puertas en el Vaticano.
Y no se crea que le pasaron un strike -de esos que le faltaron a los Leones del Caracas en su vergonzosa temporada de 2016- al Sumo Pontífice, pues el espacio está en un edificio que pertenece al Vaticano y dentro del territorio de ese Estado. Para más detalle, uno de sus más conocidos inquilinos es el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Gerhard Ludwig Muller. Este organismo oficial de la Iglesia Católica fue fundado por Su Santidad Juan Pablo II, para sustituir a la ya antigua Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición, ¿les suena?, originalmente fundada por el Papa Pablo III en 1542. No sabemos qué piensa el Cardenal Muller, quizás estime que el diablo metió la cola.
El edificio en cuestión es propiedad de los Estados Vaticanos, y como inmueble es administrado -alquilado, no puede ser vendido- por la oficina inmobiliaria del Vaticano. Está “a pocos metros de la Plaza de San Pedro”. De manera que, aunque a algunos cardenales parece que la negociación no les gustó mucho, desde ahora la famosa M roja sobre fondo amarillo relucirá en la famosa plaza y el dueño se hinchará de euros vendiendo hamburguesas, papitas fritas y Coca Cola a los millones de turistas que acuden todos los años a admirar los milagros y misterios vaticanos.
PUBLICADO: 08 de enero de 2017