El veterano diseñador Tim O´Brien ha reflejado en tres portadas de Time la "travesía por el desierto" del polémico presidente Donald Trump, que ahora parece tener un posible "impeachment" en su horizonte, aunque este mandatario es un hombre especialmente acostumbrado a lidiar con los escándalos y sacarles provecho.
A pesar del creciente poder de los medios digitales, aún existen publicaciones impresas capaces de dejar un sólido impacto internacional. Un buen ejemplo es la revista estadounidense Time que, en su edición que comienza a circular este 3 de septiembre, trae una muy promovida portada donde muestra al presidente Donald Trump literalmente con el agua al cuello en un despacho oval completamente inundado.
El concepto, diseñado por el veterano Tim O´Brien, un artista que lleva tres décadas como colaborador de Time, no por obvio deja de ser muy efectivo. La referencia es clara a la sucesión de escándalos que ha enfrentado el polémico presidente por las escabrosas revelaciones de algunos de sus ex colaboradores más cercanos.
La más reciente es la de su ex abogado Michael Cohen, quien confesó en un tribunal que pagó al menos a dos mujeres para que mantuvieran en secreto supuestas relaciones sexuales con el ahora mandatario, en función de proteger su candidatura en las elecciones de 2016.
La actriz porno Stormy Daniels recibió 130.000 dólares por su silencio, mientras que la modelo de Playboy Karen McDougal obtuvo 150.000. El problema es que como estos pagos se produjeron durante la campaña electoral, se consideran como donaciones no declaradas, lo cual podría hacer al presidente Trump reo de un delito federal.
Pero, este es solo el último de una larga lista de escándalos, por lo que, sin proponérselo, O' Brien ha terminado diseñando una trilogía de portadas para Time que ponen en evidencia la "travesía por el desierto" de Trump, desde que llegó a la Casa Blanca.
La primera se publicó en la edición apareció en febrero de 2017 y mostraba a Donald Trump sentado en su despacho sorteando vientos encrespados. El título era "Aquí no hay nada que ver" y hacía referencia al escándalo de la supuesta intervención de hackers rusos en la campaña presidencial, con el fin de perjudicar a la candidata demócrata Hillary Clinton.
La segunda apareció en abril con el simple título de "Stormy" -"Tormentoso"- en una evidente alusión al nombre artístico de la porno star Stormy Daniels, quien había hecho público su affaire con el presidente estadounidense por esos días, mientras que el abogado Cohen negaba los cargos.
En esta segunda portada de la serie, Trump se mostraba sentado en su despacho, en la misma pose que en la anterior, pero ya enfrentando un verdadero huracán y con media oficina oval cubierta por aguas turbulentas.
En Estados Unidos ya comienza a propagarse la palabra "impeachment", un proceso de enjuciamiento contra Trump por esta circunstancia rocambolesca. Este es uno de los términos más temidos por los presidentes de Estados Unidos desde que Richard Nixon tuvo que abandonar la casa Blanca en 1974 para evitar un juicio por su participación en las labores de espionaje contra el cuartel general del partido Demócrata, en el célebre edificio Watergate.
Bill Clinton es el otro antecedente -por cierto, muy parecido- que surge para evaluar la actual situación de Trump. En 1998, este entonces joven y aprentemente muy fogoso presidente tuvo que aceptar que había mantenido relaciones con una pasante de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, para evitar un peligroso juicio por dos cargos especialmente graves: obstrucción a la justicia y perjurio.
Trump, un hombre acostumbrado a los escándalos y que sabe sacarles partido, ha dicho que responderá "con furia total" a cualquier intento de enjuiciamiento y ya ha desatado una más virulenta, si cabe, campaña contra los medios y las instituciones políticas de Washington. El presidente parece dispuesto a llegar a extremos sin precedentes para defenderse.
Al igual que pasó con Clinton, la situación económica parece acudir en su ayuda, ya que se ha recuperado sostenidamente el empleo, la economía crece a niveles elevados y el mercado de capitales acumula una histórica racha ganadora; sin embargo, Trump tiene más enemigos -y muchos de ellos más poderosos- que Clinton, en su momento, por lo que no hay garantías de que su partido permanezca unido en su defensa.
Un evento crítico son las elecciones parlamentarias de medio término, en noviembre próximo, en las cuales se producirá una renovación parcial del Congreso. Estos comicios ya son vistos como una especie de plebiscito sobre el gobierno y las ideas que soportan la visión de Trump en la presidencia, una ocasión de oro para pasarle factura.
Si los republicanos pierden las mayorías en la Cámara de Representantes y el Senado, el "impeachment" contra Trump podría tomar una vía rápida, a pesar de que su electorado base sigue firme en su respaldo.
El escritor Robert Penn Warren publicó una novela en 1946, ganadora del Premio Pulitzer, titulada "Todos los Hombres del Rey", que habla del ascenso de un político populista que llegó a gobernador y destruyó a las instituciones, socavó a los medios y creó una enorme trama de corrupción para mantener su poder, a partir de un discurso ferozmente reivindicativo y socialmente desintegrador.
Muchos recuerdan esta obra -dos veces llevada al cine- como un alerta sobre lo que Trump representa hoy.
En todo caso, el periodismo estadounidense, muy sometido a juicio y escarnio por este tiempo, sigue activo en la defensa de valores fundamentales y el hecho de que estas portadas de Time se publiquen habla de una calidad democrática que ya otros países -especialmente Venezuela- ya qusieran tener.
PUBLICADO: 27 de agosto de 2018