Conindustria fija su posición ante las medidas de protesta que se han realizado en el país por parte de quienes rechazan la suspensión de la recolección del 20% de manifestaciones de voluntad. Paso necesario para impulsar el referendo revocatorio en el 2016
Por medio de un comunicado difundido este viernes, la organización que representa 90 % de la actividad industrial, afirma que el paro cívico realizado el pasado viernes 28 de octubre no afectó de manera significativa la producción de bienes en Venezuela, pese a que muchos trabajadores venezolanos sí cesaron en sus labores de manera voluntaria. La razón es muy sencilla: La industria está casi paralizada. Apenas funciona al 35,2% de su capacidad, tras haber caído exponencialmente durante los últimos 12 trimestres a consecuencia de “políticas económicas improvisadas y desacertadas que no conocen de la administración de una economía”. La industria no escapa de la paralización general que se vive en cada uno de los sectores que hacen vida en el país, solo los duros siguen en pie. (Ver en la edición 376 de la revista Producto el Informe Especial Asalto a la Propiedad Privada donde encontrará un análisis completo de la profundidad de las crisis en el sector industrial venezolano y las propuestas para su superación. Inmerso en el informe que refleja los taques a los que ha sido sometida la propiedad privada.)
Ratifican en el comunicado, que las amenazas de “empresa parada, empresa tomada”, solo sirvieron para dejar en evidencia el total desconocimiento de la propiedad privada que tienen quienes deberían ser sus principales garantes. La masa trabajadora si está clara en que la empresa privada es la fuente de progreso y prosperidad y por eso la defiende.
Añade la Confederación Venezolana de Industriales el empobrecimiento que todos padecemos se debe a una dupla: los controles exacerbados que enquilosan la producción de los bienes que necesitan los venezolanos y por otro lado, que el Estado gasta más de lo que son sus ingresos. Esto como supondrán es algo de economía elemental: si los ingresos son inferiores a los egresos se produce la quiebra. En el caso de un Estado esa quiebra se traduce en inflación e hiperinflación.
“Venezuela necesita urgentemente un cambio de rumbo en lo económico y en lo político-institucional”, señala Conindustria. Por ello, “exige que se eliminen los obstáculos a la producción, cese el hostigamiento y el amedrentamiento a empresarios y trabajadores, se retome el cauce constitucional que contempla la separación y respeto entre los poderes públicos y que el mecanismo del voto permita elegir a los gobernantes dentro de los periodos establecidos en la Constitución. La razón de ser de las empresas industriales es la producción de bienes y la creación de puestos de trabajo que tanto requieren los venezolanos”. De esta manera la organización de industriales suma su voz a lo que viene siendo un clamor generalizado de gran parte del país. Venezuela quiere volver a ser próspera y no un país de mendigos. En manos del Estado y sus instituciones está la responsabilidad de abrir los caminos necesarios para que se dé en paz.
PUBLICADO: 01 de noviembre de 2016