Los hombres y las mujeres blancos de la clase media y clase trabajadora, sin distinción de edades, disgustados con la administración Obama y la oferta de Hilary Clinton, se rebelaron y dieron su voto a Donald Trump. Ellos componen 69 % del padrón electoral y 58 % votó por Trump, sumado a 24 % de voto latino y 9% de afroamericano (donde hubo más abstención)
Entender porqué ganó Donald Trump pasa por analizar que el candidato republicano supo capitalizar con su discurso encendido y frontal el descontento de hombres y las mujeres blancos de clase media y de la clase trabajadora. Gente de la región central del país, más que de las costas. Norteamericanos a disgusto con el tipo de país modelado por Barack Obama, que querían apertura y cambios, sobre todo económicos.
Según los sondeos de boca de urna, Hillary Clinton obtuvo un 37% del llamado voto blanco mientras que Donald Trump, el 58%. Este voto que representa el 69% de padrón de Estados Unidos. De esos blancos, los que más se inclinaron por el millonario fueron los hombres que no tienen educación universitaria.
El perfil de esos electores dice que viven en lo profundo de Estados Unidos, alejados del mundo cosmopolita, en los suburbios industriales de Pensilvania o en las ciudades mediana de Nevada o en norte de Florida. Fueron los sobrevivientes del la gran crisis de 2008 y aún sufren las consecuencias. Por ello, a la hora de votar la economía fue su mayor preocupación.
Derrotaron a la prensa, a los mercados, a las elites progresistas, a los sondeos, a la movilización latina, a los ciudadanos del resto del mundo, que si hubiese podido elegir con ellos, lo habrían hecho por la demócrata Hillary Clinton. De esos blancos, los que más se inclinaron por el millonario fueron aquellos que no tienen educación universitaria, en especial los hombres.
Ellos, que durante tanto tiempo fueron la base electoral del establishment norteamericano, dieron vida y poder al anti establishment. Habitan en el corazón industrial o en el interior rural de Estados Unidos, viendo cómo el país pasa a una economía productiva a una de servicios. No son los ciudadanos más pobres del país -eso queda para las minorías- pero sus ingresos fueron destrozados por la gran crisis de 2008, el crac que tanto cambió al mundo y todavía lo hace sufrir. Con la remontada económica, se recuperaron de a poco. Pero no restauraron la esperanza ni la seguridad laboral. Están marginados de la reconversión norteamericana. Por eso votaron por Trump. Quizá en un acto desesperado de rebeldía.
PUBLICADO: 09 de noviembre de 2016