Con la firme visión de convertirse en un espacio de referencia tanto en el ámbito deportivo, como social y cultural, el Valle Arriba Athletic Club (VACC) arriba a su 20 aniversario ofreciendo a sus socios, una amplia variedad de servicios y actividades con altos estándares de calidad para disfrutar en familia.
Rómulo Rubio, presidente de la Junta Directiva actual del centro contó que este proyecto nació cuando el Grupo Desarrollos Valle Arriba adquirió el gimnasio “Valle Arriba Athletic Center”, fundado en 1993 por el nadador Alberto Mestre y otros inversionistas.
Explicó que la idea era desarrollar un espacio social plural para la población más joven, que buscaba recreación y bienestar integral. El lugar abrió al público en 1998, bajo la figura de asociación civil sin fines de lucro. La infraestructura, de más de 30.000 metros cuadrados arrancó con una licitación internacional, y se fue desarrollando a lo largo de los 10 años siguientes, en una ubicación privilegiada de Caracas, destinada al esparcimiento, la diversión y el bienestar integral.
Resaltó el gimnasio de gran formato, dotado de los equipos más modernos, así como la piscina semi-olímpica de 25 metros, dos canchas de tenis, y la casa club que cuenta con el gran salón; además de varios restaurantes, salas de juegos y tres canchas de squash.
Rubio explicó que “esta casa posee una arquitectura de avanzada y un mobiliario integrado exclusivamente con piezas de firma. Es como una especie de museo que sirve de escenario para múltiples actividades como exposiciones”.
En 2007, el VACC se convirtió en un club exclusivo para socios y se eligió una nueva junta directiva que tomó las riendas gerenciales de la organización. “Otro momento importante fue 2008 cuando recibió la certificación ISO 9001, sello de calidad que confirma el compromiso con la excelencia”, comentó.
Aunque nació como un lugar esencialmente deportivo, debió modificar su concepción debido al crecimiento de las familias. “Actualmente desarrollamos actividades para niños y adolescentes, así como eventos sociales para los 2.600 socios”, destacó Rubio.
La cultura también es parte de las actividades del club. De allí la activación de la comisión de cultura, a través de la cual se llevan a cabo conferencias de escritores, historiadores y artistas. Rubio aseveró que para los socios, el VAAC representa “su segundo hogar o la extensión de su casa, lo que muestra el nivel de identificación que tienen”.
El club también realiza labor de RSE, actividad que viene desarrollando desde hace más de cuatro años, contribuyendo de manera activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental del país.
En lo que va de año, y gracias a su programa “El Compartir de la felicidad”, ha recibido a más de 1.000 niños, y sus respectivos representantes, del Hospital Ortopédico Infantil, Casa Ronald Mc Donald y la Fundación Amigos del Niño con Cáncer, quienes disfrutaron de momentos llenos de emociones en las instalaciones del club.
Visión de futuro
Para el buen funcionamiento de toda organización es importante contar con personal calificado. En este sentido, 170 colaboradores, comprometidos con el servicio y calidad de atención al socio, conforman la plantilla del VAAC.
“Somos muy cuidadosos y respetuosos en el trato de nuestro recurso humano, al que ofrecemos salarios y paquetes atractivos para que puedan hacer carrera. La crisis económica ha creado una fuerte rotación, pero aún así procuramos estar por encima de los paquetes laborales de nuestros competidores”, comentó Rubio.
Igualmente, afirmó que están en la búsqueda incesante de la excelencia. “Contamos con tecnología de punta en el equipamiento deportivo, porque pretendemos seguir siendo referencia en tenis, squash y otras disciplinas”.
El club también aspira ser “una parada obligatoria para los artistas e intelectuales tanto de Venezuela, como para los que vienen del exterior. Queremos ser una referencia cultural y deportiva importante”, aseveró.
PUBLICADO: 22 de noviembre de 2018